La Paz tiene al menos 62 mil comerciantes ilegales

“Mercado Persa” es el denominativo que mejor se ha acoplado a la imagen que tienen las calles y avenidas de La Paz, por el comercio en vía pública, que ha ido incrementando como efecto del desempleo en Bolivia.

En un rápido recuento efectuado por EL DIARIO, se ha descubierto que existe una contradicción entre las cifras que oficialmente maneja la Unidad de Mercados del Gobierno Municipal y las que tienen la Federación de Gremiales en Vía Pública. En el primer caso se considera a aproximadamente 28 mil personas legales que se dedican a este oficio, mientras que en el segundo, se dice que existen 80 mil, también de manera aproximada. Lo que quiere decir que son 62 mil personas que laboran de manera ilegal.

Producto de esta realidad, los ciudadanos paceños y aquellas personas que llegan de visita a la ciudad, procedentes del interior o del extranjero, con lo primero que se encuentran es con comerciantes de todo tipo de productos.

En plena acera se puede encontrar desde discos compactos piratas hasta alimentos preparados, lo que ocasiona que la calidad de vida urbana se degrade de manera alarmante.

Ese 52% de personas ilegales en el comercio, pese a que defienden su derecho al trabajo y subsistencia cometen el delito de evasión de impuestos, fomento a la piratería de productos y contaminación medio ambiental.

Conscientes de esta problemática, el 2002, las autoridades ediles promovieron un censo y registro de las comerciantes en vía pública.

Con los datos logrados se determinó que existían en La Paz 28. 061 comerciantes admitidos, se registraron también 30.967 y no fueron registrados 9.393, haciendo un total de 40.360.

Pero el drama urbano remonta de finales de los años 70, cuando únicamente fueron registrados 3.658, al término de la década de los 80 la población de vendedores llegaba a 9.595, ingresando ya a la época de los 90 estas cifras se triplicaron a 18.762. Desde el 2001 se tiene un registro de 28.357, que representan el 70% del total de los comerciantes, que se asientan en la vía pública.

Este grupo de trabajadores ocupa espacios de diferentes maneras y de acuerdo a la comodidad de cada uno, sin tomar en cuenta el derecho a la libre transitabilidad de peatones y conductores, por ejemplo, se asientan pegados a la pared, en las aceras, en las plazas o de forma ambulante, se movilizan por todos los espacios posibles.

Desde la gestión de Juan Del Granado (años 2000) se trató de ordenar el comercio vial, con un éxito relativo. La situación parecía quedar solucionada con la construcción de grandes centros de abasto como el mercado Lanza, el mercado Camacho o el pasaje Núñez del Prado. Empero, los gremialistas aseguran que esta medida les perjudicó, porque económicamente no pueden acceder a estos centros, además que “la población ya está acostumbrada a adquirir lo que precisa al paso”, lo que denota falta de cultura ciudadana en la mayoría de los paceños.

Dentro de la ciudad de La Paz existen cuatro federaciones de gremiales, que son las únicas representaciones de los comerciantes en vía pública.

El municipio de La Paz está dividido administrativamente en los siguientes macrodistritos: Centro, Cotahuma, Max Paredes, Periférica, San Antonio, Sur, Mallasa, Hampaturi y Zongo (estos dos últimos rurales).

Los macrodistritos más conflictivos en cuanto a lo que es el comercio en vía pública son el Centro, Max Paredes y Cotahuma.

En estos sectores de la ciudad se tiene como comercio público, anaqueles, kioscos, casetas, tarimas, mesas, micro snacks, carros y carretillas fijas, vitrinas, movilidades vehículos u otros.

El comercio en vía pública ha crecido de manera ilegal, porque muchos de los comerciantes no cuentan con la autorización de la Unidad de Mercados y por el ingreso no controlado de personas de otros países que traen consigo también material de piratería y contrabando.

ORDENANZA MUNICIPAL

Está en vigencia la Ordenanza Municipal de 1994 (101/94 HAM–HCM 102/94) que en su artículo primero señala, “Disponer la inamovilidad de puestos de venta de gremiales, artesanos, comerciantes minoristas, que cuentan con las autorizaciones respectivas mientras se elabore el proyecto de reglamentación de mercados y de asentamientos….”.

Asimismo, en su artículo segundo señala, “queda terminantemente prohibido el asentamiento en las calles de la ciudad de La Paz”.

La falta de trabajo, el contrabando y la carencia de educación ciudadana, lograron “doblar el brazo” a esta determinación y aunque existe mucha fuerza de voluntad de parte del Gobierno Municipal a la cabeza de Luis Revilla, con el desplazamiento de cientos de guardias municipales por las calles de La Paz, para que se cumpla con la normativa, la realidad demuestra lo contrario.