En el documento Análisis No. 13, y su correspondiente presentación pública, la Fundación Milenio ha presentado una iniciativa que es sumamente interesante y digna de ser puesta en práctica. Se trata de “Filantropía y Desarrollo” - ensayos para potenciar el aporte de las ONGs en Bolivia. Es un conjunto de ensayos con aportes de Daniel Freiherr von Freyberg, Miguel Fabbri, Franklin Pereyra, Henry Oporto, que se refiere a la responsabilidad social como nuevo rostro de la filantropía; José Baldivia que analiza el rol de las microfinanzas como un modelo de inclusión de los pobres y la propuesta misma elaborada por Roberto Laserna, Presidente de la Fundación.
El documento presenta varios casos internacionales de cómo algunos de los dueños de grandes fortunas mundiales han optado por donar parte de esos patrimonios a favor de obras de bien común: lucha contra el cáncer, mejoramiento de los sistemas educativos, otorgar reconocimiento a obras producto de la inteligencia, caso premio Nobel, etc., etc. También se cita como ejemplos históricos los “mecenazgos” o apoyos de un grupo económico para apoyar a destacados personajes que pudieron volcar así su talento a creaciones que son patrimonio de la Humanidad.
Sensiblemente en nuestro país no hay grandes fortunas y, salvo raras excepciones, se dan casos de donaciones para contribuir al desarrollo económico de determinados grupos sociales o al desarrollo de las artes. La mayoría de los proyectos ejecutados por ONGs se hace con financiamiento externo.
Sin embargo, como anota el documento, “se puede partir del hecho de que el Estado, en la Ley 843, hace explícita su voluntad de sacrificar hasta el 10 por ciento de los ingresos provenientes del Impuesto a las Utilidades, y crear un mecanismo más sencillo y fácil para que cualquier contribuyente, grande o pequeño, empresarial o personal, pueda destinar, a nombre del Estado, una parte de sus impuestos a respaldar actividades culturales, educativas o caritativas.
Esta propuesta no libera al contribuyente de pago alguno, sino que le permite establecer una relación horizontal y directa con el receptor de la donación, comprometiendo a ambos en la ejecución eficiente de la actividad no lucrativa.
Esta iniciativa permitiría desarrollar un mecenazgo democrático, al alcance de cualquier contribuyente, y un sistema de filantropía participativa.”
“Ella consiste en introducir una pequeña modificación en el reglamento de la Ley Tributaria 843, y permitir que todos los que pagan impuestos sobre utilidades puedan destinar una pequeña parte de los mismos a respaldar una actividad u organización sin fines de lucro”.
“Esta propuesta permitiría colocar a disposición de las organizaciones no lucrativas hasta US$ 60 millones anuales, los cuales serían asignados de forma competitiva y democrática, con la participación directa de los contribuyentes en la decisión de las actividades que se financian y en la supervisión de las mismas. Así, el universo de filántropos alcanzaría a los más de 200 mil contribuyentes del Impuesto a las Utilidades”.
Parecería que la propuesta es ambiciosa, aunque difícil de implementar tratándose de 200 mil individuos que habría que organizar para lograr ese objetivo. Sin embargo, apoyando esa iniciativa, tal vez se puede crear un mecanismo para que las 100 empresas más grandes que contribuyen con el 72% de los impuestos, puedan de manera objetiva contribuir con el financiamiento de propuestas filantrópicas. Parecería que vale la pena seguir trabajando con esta iniciativa para lograr avances en el desarrollo económico y social de ciertos grupos humanos.
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