Álvaro Numbela T.
Cuando se pensaba que el enclaustramiento de un pueblo se lo podía sostener por la fuerza, los principales tenores del régimen chileno se encargan de pedir “diálogo” a Bolivia, con uno u otro pretexto. Sin embargo, veamos en qué consisten las excusas que no agradan al continente...
Todos desafinados
El presidente chileno Sebastián Piñera sostiene que “Bolivia perdió su acceso al Pacífico en una guerra librada a fines del Siglo XIX” (1). Luego se anuncia “la rehabilitación del ferrocarril Arica La Paz” (2). Finalmente, el canciller de Chile Alfredo Moreno sostiene “que sigue abierto al diálogo siempre que Bolivia renuncie a la vía del litigio” (3). Y para terminar, los parlamentarios chilenos agregan que la demanda del pueblo boliviano para una salida al mar con soberanía, anda en borradores que no se sabe dónde están, que el Congreso chileno trabaja en un proyecto de ley para consultar la cesión de territorios a cualquier Estado y tantos otros pereques.
Mal grado de todas aquellas intenciones, lo evidente está en que el Estado chileno es responsable de no haber tomado medidas de Derecho interno que garanticen la integridad territorial de Bolivia.
El apego a la Carta
La Carta de las Naciones Unidas de 1945 estatuye principios fundamentales que se debe cumplir. Chile ha comprendido al fin que tiene que reparar un daño: el enclaustramiento de todo un pueblo. Consiguientemente, don Sebastián Piñera lo reconoce y mejor todavía Alfredo Moreno, cuando saben que un tratado se elabora respetando los derechos de los pueblos. Entonces, nadie puede sorprenderse porque Bolivia ponga en cuestión un tratado.
Consecuentemente, los organismos internacionales (ONU) y los países democráticos (OEA) trabajan a diario para evitar que los conflictos armados reemplacen a las negociaciones civilizadas. Así fue la resolución de la OEA de 1979, cuando en una decisión inteligente, oportuna y justa, estableció: “Es de interés hemisférico encontrar una solución equitativa mediante la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al océano Pacífico”.
Entre tanto, poco importa que el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, amenace: “que ante el fallo de la Haya su país debe estar preparado militarmente” (4), si lo que importa es que esta amenaza para la Carta fundamental de los pueblos es inadmisible. Y la prepotencia demostrada coloca a Chile entre los países que debilitan el accionar de la diplomacia y aumentan las tensiones que a nadie agradan. De momento vayan estas precisiones ya que un tribunal judicial dará -próximamente- a conocer los argumentos que pueden servir para lograr un pronunciamiento ecuánime de los jueces del mundo. Esté atento…
1.- La Razón: Piñera dice que la posición boliviana es un “serio obstáculo” para las relaciones. La Paz, 21 de mayo de 2011, Pág. 1.
2.- EL DIARIO: “Chile anuncia rehabilitación de ferrocarril Arica La Paz”. La Paz, 26 de enero de 2012, Pág.1.
3.- Opinión: “Chile se prepara ante posible demanda marítima de Bolivia”. Cochabamba, 13 de febrero de 2012, Pág. 1.
4.- EL DIARIO: “Chile prepara un conflicto armado”. La Paz, 23 de enero de 2012, Pág.1.
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