Con los puños sangrantes, a causa de las heridas producidas por el vidrio del parabrisas de una patrulla policial que rompió con sus propias manos, a quien apodan el “mariachi”, estaba tendido en el suelo mientras era asistido por el personal de la Cruz Roja Boliviana.
La jornada de ayer fue nuevamente dramática en el centro político del país. La caravana de silla de ruedas que llegó pasado el mediodía a la ciudad de La Paz tras cien días de recorrido por las carreteras del país, intentó ingresar a la Plaza Murillo; sin embargo, la Policía Nacional instaló un fuerte contingente de resguardo que provocó la reacción de los manifestantes y sus acompañantes que empujaban las sillas de ruedas.
“Mis muletas, me han robado mis muletas”, gritaba el “mariachi”, persona inválida, mientras golpeaba el parabrisas del motorizado que transportaba refuerzos policiales. Una piedra fue lanzada desde atrás y tal fue la fuerza de esta persona con discapacidad, que rompió el vidrio y mientras sus manos aún sangraban, la camioneta empezó a retroceder. Con estos movimientos, perdió el equilibrio y cayó al suelo, pero no desistió en su protesta y se sostuvo del parachoques mientras era arrastrado por casi una cuadra.
Las personas con discapacidad denunciaron que uniformados de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) les quitaron sillas de ruedas y muletas para partirlas. Por otro lado, de acuerdo a la versión de otros marchistas, estos fueron golpeados y humillados por los uniformados.
Sin embargo, también se pudo observar, un grupo de personas que empezó a empujar y golpear a quienes resguardaban la seguridad de Plaza Murillo, intentado romper el cerco policial, además de reventar petardos. En las primeras horas de la noche, estas personas manifestaban su rechazo ante los hechos con carteles de protesta.
“Son familiares nuestros que durante mucho tiempo han acompañado a la marcha y ahora muchos de ellos, incluso hijos de personas con discapacidad, los han llevado detenidos”, explicó el diputado Jaime Estibariz (CN).
Pasadas las 15:00, la marcha de las personas con capacidades especiales llegó al centro de la ciudad de La Paz e intentó ingresar a Plaza Murillo. Sin embargo, aproximadamente medio millar de efectivos policiales distribuidos en las calles Yanacocha e Ingavi, les impidió el paso. De acuerdo, a denuncias de las casi 40 personas con discapacidad que marchaban, fueron golpeadas, gasificadas y agredidas verbalmente por los uniformados.
Luego del continuo forcejeo, dos discapacitados resultaron desmayados y un Policía quedó herido en el rostro. También se detuvo a cuatro de los manifestantes.
“Hasta el momento tenemos cuatro policías heridos, brutalmente. Un policía fue mordido por un can de pelea que tenía una de estas personas. Esa es la actitud pacífica que tenemos, la policía no ha actuado en ningún momento de manera violenta. Es una marcha que no es pacífica, que tiene palos y piedras”, dijo por su parte el viceministro de Régimen Interior, Boris Villegas.
Cerca a las 19:00, los movilizados en señal de protesta procedieron a desnudarse al conocer la aprobación en grande de la Ley de Trato Preferencial en la Cámara de Diputados y permanecieron en la calle durante toda la noche. Asimismo, anunciaron una huelga de hambre y que radicalizar sus medidas en caso de no ser atendidas sus demandas.
Desde las primeras horas de la mañana, el kilómetro cero estaba resguardado en las cuatro calles adyacentes y pese a que el ministro de Gobierno, Carlos Romero en conferencia de prensa, garantizó que la Policía Nacional no actuaría con violencia, los uniformados reaccionaron frente a los marchistas.
“Nuestra obligación es resguardar la plaza. No hemos ordenado la utilización de la fuerza pública. Simplemente hemos instruido que haya un resguardo. Hemos invitado al Ministerio Público y a Derechos Humanos para que puedan testimoniar aquello. Incluso tenemos policías mujeres que colaborarán en la seguridad de todos”, decía Romero en conferencia de prensa.
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