Al menos 42 personas murieron ayer en Irak en una nueva ola de violencia atribuida a Al Qaeda y el presidente del Parlamento denunció como una tentativa de entorpecer la cumbre de la Liga Árabe prevista dentro de un mes en Bagdad.
Más de 250 personas resultaron además heridas en esos atentados, que tomaron diversas formas: 16 coches bomba, ocho explosivos, cuatro ataques de hombres armados y disparos de morteros.
En total se vieron afectadas seis provincias: Bagdad, Salahedin (norte), Diyala (centro), Babilonia (centro), Nínive (norte) y Kirkuk (norte). Según el ministerio del Interior, los ataques llevan la firma de Al Qaeda.
Irak acogerá el 29 de marzo una cumbre de la Liga Árabe, la primera desde el inicio de la ola revolucionaria que barrió la región.