Lo rescatable es el triunfo

En las estadísticas figura el resultado y señala que Bolívar ganó por 2-0 a San José. El triunfo le sirve para subir en la tabla y es una especie de aliciente para los próximos compromisos. Para el comentario sólo cuenta cómo ganó, si hizo los méritos necesarios y si su producción satisfizo a los seguidores de la divisa celeste.

A la salida del estadio me hice el desentendido y pregunté al menos a cinco personas por el resultado, como si no lo hubiese visto y ni lo habría seguido por una medio radial. La respuesta fue casi similar: “ganamos dos a cero” y nada más. Los rostros serios, la respuesta lacónica y el ánimo de pocos amigos de los consultados refrendó mi hipótesis que la formulo así.

Bolívar jugó mal, tal vez un poco peor que frente a Unión Española de Chile, aburrió a su público, fueron más los silbidos que los aplausos, aunque esta vez ganó, porque en el fútbol los goles y los méritos no siempre van de la mano.

El juvenil Siquita sacó de la modorra al equipo a los 29 minutos cuando aprovechó el espacio y sirvió el centro perfecto para que Cantero con golpe de cabeza anotara el primer tanto del partido. Antes de ese gol Bolívar había convertido el partido en una clase de fútbol miedoso, entregando el balón 40 ó 50 metros atrás para no arriesgar ante la presión del rival; jugaba haciendo correr el balón de derecha a izquierda y sin mirar para el arco rival.

San José que era la expresión de la cautela y el miedo se fue atrás, esperaba la oportunidad para herir al rival en un contragolpe, pero Bolívar no cedía espacios. Convencido el técnico de que Frontini es el monumento a la lentitud obligó a los laterales a jugar cerca del defensor central para guardar las espaldas de éste y no dejar espacios, como ocurrió en los partidos anteriores. A pesar de ello, Salinas, el único atacante del once Santo colocó un balón a los 19 minutos que salió saludando uno de los maderos.

El gol no vitalizó a Bolívar y tampoco sacó a San José de su refugio de manera que el público empezó a bostezar, pestañear y los más despiertos seguían silbando la pobre producción de su equipo y el rival.

Para consuelo de los celestes, tras un tiro de esquina que despejó mal la defensa de San José, vino el remate furibundo de Walter Flores, posiblemente el mejor de la Academia, para anotar el segundo a los 44 minutos.

Bolívar se refugió en el segundo tiempo en su zona y San José intentó ir al ataque, pero ese tipo de partido al parecer no estaba en los planes de su entrenador, de manera que el segundo tiempo, salvo un par de llegadas de los orureños y una jugada a los 44 en la que Ferreira se olvidó de que el fútbol es colectivo y el gol también lo puede hacer un colega suyo, no pasó nada más.

Que al final del partido los jugadores celestes mostraron su disgusto o que Ferreira no quiera hablar con los medios y el público se retirara disconforme para decir “ganamos dos a cero y nada más”, exime de un mayor análisis.

La Figura

Sin duda alguna, el hombre que sobresalió en el partido, fue Walter Flores, quien además anotó, quizás el mejor gol de la fecha liguera.

La jugada fue algo confusa ya que Flores remató fuera del área, ese esférico rebotó en un defensor logrando un raro efecto por los aires, con comba perfecta esa pelota ingreso al arco que defendía Carlos Lampe.

Fue un gol anímico con el cual terminaba el primer tiempo. Ya en la segunda parte aunque no fue el mismo juego que demostró Bolívar en el primer tiempo, Walter una vez más fue protagonista, ya que defendió contra viento y marea que San José descuente.

Por lo que, se ha demostrado una vez mÁs, que Walter Flores se puso el equipo al hombro, demostrando todas sus características de fútbol, consolidándose como el gran referente que en este momento tiene la academia, un líder por donde se lo vea.