Ingavi más que nombre, es un ejemplo a seguir

Varios años de gloria, baloncesto de alto nivel competitivo, jugadores con mucho pundonor deportivo” son algunas de características que se puede dar de uno de los equipos más tradicionales en nuestro país, el Ingavi. En sus 77 años de vida, continúa siendo el club de más tradición y mística en el baloncesto departamental.

Ingavi se fundó un 9 de noviembre de 1935, y desde entonces se ha ubicado como uno de los equipos líderes en esta disciplina. Este cuadro Albiverde, no sólo es la casa de grandes deportistas, también de grandes personas.

Tuvo a los mejores en sus filas en diferentes generaciones, la elegancia en el juego de Rodolfo Aliaga, la potencia del “loro” Rodríguez, la técnica y viveza de René Verduguez, la habilidad de Edgar Pozo, los dobles de Guido Meruvia, el rebote de Antonio Ger, la fuerza en el salto de Gustavo de Rada, son tan sólo algunos de los tantos jugadores de excelente nivel que tuvo este equipo, todos traían algo distinto en la parte de habilidad deportiva, pero llevaban el mismo rasgo en cuanto a actitud transmitida por su mentor “el Negro Ayllón”, la sencillez, disciplina y entrega de sus jugadores hacían que este equipo sea único.

Roberto Ayllón Chávez.

El paso de Roberto Ayllón Chávez “el negro” por las filas de este club fue determinante. Dejó bien marcado su sello: un baloncesto de alto nivel, técnico, elegante, pícaro y caballeresco. El Negro formó un equipo de calidad humana, normas, moral y, sobre todo, personas que jugaban por amor a la camiseta.

El mérito del “Negro Ayllón” es haber dado al club la mística que aún se transmite de generación en generación, fue asumida por quienes conducen al club y quienes juegan por él.

Es importante destacar que el Ingavi no sólo se destacó en el baloncesto, lo hizo en el fútbol y el voleibol con jugadores como Paco Palazuelos.

Hablar de nombres es citar a cientos de buenos jugadores que han destacado a nivel nacional en sus diferentes épocas; Rodolfo Aliaga, Edgar Pozo, Enrique Pozo, Enrique Rodríguez, Javier Núñez del Prado, Marcelo Mercado, Guido Meruvia, Néstor Benavente, Gustavo de Rada, Reynaldo Paredes, Walter Bustillos, Jorge Quinteros, Arnold Quiroga, Bernardo Rodríguez, Marcos Pozo, Sergio Pozo, Heriberto Lema, Ricardo Covarrubias, Yamil Ismael, Roberto Gómez,son algunos de los muchos que vistieron la camiseta ingavista, Mario Orrico fue otro de los entrenadores que llevo adelante a este importante club.

El equipo del pueblo se llevó muchos trofeos como campeón a nivel departamental y nacional a lo largo de su historia.

Es una institución que no descuida ocupar sitiales de privilegio, este 2012 el equipo de la categoría mayores vuelve a la división de primera de honor en varones, por su lado, las damas continuarán buscando el primer lugar en esta misma división.

La dirigencia es una de las más organizadas y productivas. Personas como Fernando Guarachi, Fernando Torrico, el recordado Max Eduardo y su actual Presidente Miguel Peñaranda permitieron que Ingavi siga luchando por estar entre los grandes.

Hoy Ingavi se mide con instituciones bien respaldadas, el baloncesto se volvió más lucrativo, becas académicas y sueldo son tentaciones que tienen los jugadores al vestir una camiseta lo que hace que el baloncesto actual viva una competencia desigual, jugar por amor al deporte es solo para algunos. En ese afán por subsistir Ingavi continúa con el trabajo de mantener un equipo de alto nivel. “queremos un predio propio, donde podamos trabajar con una escuela de baloncesto que aporte a nuestra disciplina con jugadores de talento, técnica y entrega, características propias de nuestro querido Ingavi” puntualizó Enrique Pozo

No bajan los brazos, la lealtad al club por parte de sus directivos y jugadores es lo que mantiene al club con vida, en momentos agonizando, pero con la mira puesta en volver a ocupar los sitiales que otrora tenía.

El espíritu de sus ex jugadores, dirigentes y deportistas hacen de esta institución albiverde una de las más representativas del país y, sin duda, un ejemplo a seguir.