Diez militares y policías, que mantienen cautivos las FARC desde hace más de 12 años, y que son sus últimos rehenes uniformados, quedarán en libertad. Este grupo armado llegó a tener secuestradas en algunos momentos a más de 50 personas, entre políticos, militares, policías e incluso ciudadanos extranjeros.
En el comunicado, de poco más de una página de extensión, y presuntamente redactado en las montañas de Colombia y difundido a través de su página de Internet, la guerrilla explica el fin del secuestro como arma política.
La opinión pública entiende esta medida como un signo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de América Latina con casi medio siglo de existencia, sacó este domingo bandera blanca.
A su turno, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó mediante su cuenta en la red social Twitter que el anuncio de la guerrilla es un “paso importante” en la dirección correcta, pero “no suficiente”. El Gobierno de Bogotá exige la liberación de todos los rehenes como precondición para entablar posibles conversaciones de paz.