Cada órgano, hasta el más pequeño de nuestro cuerpo, tiene un propósito y cumple una función, sin embargo, el apéndice, una prolongación delgada y hueca, en forma de gusano, que se halla en la parte inferior del intestino grueso, precisamente en el ciego, no cumple una función específica, pero, cuando se inflama origina una enfermedad muy dolorosa y molesta, que puede ocasionar inclusive la muerte: se trata de la apendici tis. Su tratamiento o su extirpación requiere de una intervención quirúrgica llamado apendicectomía o bien puede ser intervenido mediante laparoscopía.
El primer caso de apendicitis fue descrito por Fermel en 1554, en la autopsia de una niña de 7 años y la primera intervención quirúrgica fue el realizado por Amyand en 1736. Desde entonces los conocimientos sobre este órgano se fueron ampliando tanto que en la actualidad los casos de mor
bimortalidad han bajado considerablemente.
La apendicitis puede ocurrir a cualquier edad, aunque la incidencia de este mal se presenta con mayor frecuencia en personas de 20 a 40 años, causando terribles dolores en la región del abdomen.
Las causas de la inflamación del apéndice son muchas y diversas, con frecuencia difíciles de deter minar. En ocasiones, la apendicitis o inflamación de este órgano se debe a la formación de cálculos, es decir de piedrecitas o arenillas; a la introducción de microbios o gérmenes anaerobios (que no necesitan del oxígeno del aire para vivir), pueden causar infección y pus dentro o alrededor del apéndice y el resultado es una peritonitis que aumentaría el riesgo de mortalidad.
Otras causas que pueden bloquear el apéndice son los traumas físicos, la presencia de gusanos intestinales, la retención fecal en esta parte del intestino. En casos de infección, el apéndice se inflama, se llena de pus y su mal estado se manifiesta en el paciente por agudos dolores abdominales, cólicos, calambres, dolores en la región del abdomen y en toda la pierna derecha. El dolor abdominal puede empeorar al caminar y es posible que la persona prefiera quedarse quieta debido a que los movimientos le causan dolor. En ocasiones al enfermedad cede por sí misma, la inflamación pasa después de algunas molestias. El enfermo vuelve a la normalidad.
Es importante saber que si la apendicitis no se atiende a tiempo puede perforarse el apéndice y de esta manera causar peritonitis, un padecimiento que exige más cuidados, si es muy grave puede llevar a la muerte del paciente por una complicación llamada septicemia.
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