La cifra de víctimas de la represión en Siria desde que comenzaron las protestas contra el régimen de Bachar al Assad, hace 11 meses, supera los 7.500 muertos, informó ayer Naciones Unidas, pese a reconocer que en estos momentos no puede ofrecer un número exacto de fallecidos.
“Hay informes creíbles que muestran que el número de muertos excede los 100 civiles al día, entre ellos muchas mujeres y niños. La cifra total está muy por encima de los 7.500”, afirmó el subsecretario general de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe.
Pascoe, que informó al Consejo de Seguridad de la situación general en Medio Oriente, aseguró que “el uso desproporcionado de la fuerza y la agresión militar contra la población civil por parte de las autoridades llevó a las fuerzas de la oposición pacíficas a recurrir a la resistencia armada”.