EL DIARIO y Agencias.- El aumentar un día más al calendario ha provocado mitos y supersticiones, pero esta forma de subsanar el desfase en el tiempo respecto al ordenamiento de los 365 días del año normal tiene una explicación científica.
El 29 de febrero, un día extra, que añadimos cada cuatro años al calendario para ajustarlo con la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Estos años que duran 366 días se llaman años bisiestos.
La Tierra tarda en dar una vuelta al Sol 365 días y un cuarto de día. Estas seis horas no se contabilizan en los años normales. Se agrupan y se suman cada cuatro años formando un nuevo día y, por ende, un año de 366 días.
Si el desajuste no se corrigiera, el error se acumularía con los años y se haría muy significativo. Por ejemplo, en 100 años el calendario estaría desfasado 25 días.
Poco a poco, las estaciones ya no coincidirían con los meses en los que estamos habituados a vivirlas. Julio podría llegar a ser el mes más frío del año en el hemisferio Norte, cuando estamos acostumbrados a que sea un mes de intenso calor veraniego. Así, el seguimiento del ciclo natural de la estaciones sería un problema.
Esta corrección se lleva haciendo desde la época del Imperio Romano, pero en 1582 se creó el calendario gregoriano, que es el que se utiliza en casi todo el mundo actualmente. Lo instauró el papa Gregorio XIII y su asistente, el astrónomo y matemático alemán Christopher Clavius afinó aún más las cuentas y tuvo en cuenta que la Tierra tarda exactamente en dar una vuelta al Sol 365,2422 días y no 365,25, que es la cifra que se había usado para redondear.
Con el redondeo, cada mil años el error se acumulaba y el calendario se desajustaba. Para evitarlo puso como condición que solo fueran bisiestos los años que acabaran en 00 que fueran divisibles entre 400.
Recientemente un par de profesores de la Universidad John Hopkins propuso la creación de un nuevo calendario, donde cada año tendría 364 días y sustituiría los años bisiestos por una semana extra cada cinco o seis años, lo que permitiría que las festividades se celebren siempre el mismo día. En Estados Unidos, las elecciones presidenciales ocurren cada año bisiesto.
Algunos países manejan una serie de supersticiones y mitos respecto al año bisiesto. En Irlanda, nacer un 29 de febrero es de buena suerte, y los padres de los bebés que nacen ese día reciben un premio de cien euros. Las mujeres irlandesas aprovechan ese día para proponer matrimonio a sus parejas, y se cree que si un hombre rechaza dicha propuesta ese día, le esperan penalidades y mala fortuna.
Otros apuntan a desgracias sucedidas en años bisiestos, como el hundimiento del Titanic, el peor terremoto ocurrido el siglo pasado en China, el inicio de la guerra civil española y los asesinatos de Indira Gandhi, Robert Kennedy, Martin Luther King y John Lennon.
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