La disputa de límites entre campesinos de Quillacas (Oruro) y Coroma (Potosí) por mutua acusación de invasión de límites llegó a hechos de violencia que dejó un saldo de 25 heridos, lo que obligó a las autoridades gubernamentales a reforzar el control policial en la zona.
El fondo del problema sería económico y el deseo de controlar un sector que arroja una buena producción de quinua, los recursos minerales y el control de cerro Pahua reservorio de piedra caliza.
La ministra de Autonomías, Claudia Peña, anunció la formación de una comisión de alto nivel que debe viajar de inmediato a la zona para frenar cualquier acto violento de cualquiera de los sectores, luego de que fracasaran una serie de gestiones para que este tema sea superado por los gobernadores de Potosí y Oruro.