Por madrugar mucho, el Tigre se resfrió

Ganaba por 1-0 a los 55 segundos y se durmió, dejó que el rival lo arrollara en el primer tiempo y cuando quiso reaccionar estaba adormecido. The Strongest perdió en casa 2-1 frente a Aurora y volvió a dejar dudas sobre su producción.

Aquellos llamados goles de camarín, que son los marcados en los primeros minutos terminan por adormecer al que los logra y sirve de acicate al rival que sale a buscar el empate. Ocurrió ayer con The Strongest que marcó el primer gol a través de González, antes de que el minutero diera la primera vuelta, tras un error del portero visitante Da Silva para marcar el primer tanto; luego se puso a hacer la siesta y cuando despertó ya estaba atolondrado.

El resto del primer tiempo fue para Aurora. Un buen tránsito al balón en el medio terreno llegadas rápidas de Augusto Andaveris, llegadas criteriosas de Villaba y buen trabajo de Edwin Zenteno. Con eso le bastó al equipo cochabambino.

A los 8 minutos llegó el empate con un sutil toque de Andaveris tras recibir un centro desde la derecha y desde aquel minuto hasta el final todo fue de la visita, empezando por la habilidad de Darwin Peña capaz de administrar el balón, buscar el espacio y marcar el compás del partido.

Augusto Andaveris perdió tres goles cantados en la puerta de la portería atigrada, porque en dos ocasiones apareció con actuación felina el arquero Vaca y en la restante se demoró el goleador como demoró Villalba con arco vacío. Para entonces, la defensa central del Tigre marcaba horrible.

Peña desde los 12 pasos anotó el segundo gol para la visita con remate alto y al centro. En la jugada previa, Andaveris guapeó el balón y recibió una falta innecesaria de Vaca en el área.

Hasta que a los 17 llegó la gran oportunidad para el empate. Sacha Lima se encargó de ejecutar el penal a favor del dueño de casa. Fue a patera el penal con dudas y el portero de Aurora atajó el disparo arrojándose a su derecha.

The Strongest no estaba para tantos baldes fríos. Para colmo de males, Pablo Escobar decidió culminar cuantas jugadas pasaban por sus pies y como no estaba en una buena tarde, los echaba lejos de la portería. El técnico se preocupaba más por un micrófono que por el partido y al final estaba tan nervioso Escobar, que por echarse mucho tiempo al piso se perdió la jugada de tiro libre a la entrada al área y vio como su compañero desperdiciaba la ocasión.

Así pasaron los segundos, así dejó escapar el Tigre al once de Aurora que para el final dejó de atacar y aglutinó lo mejor de su repertorio defensivo para cantar victoria, en un partido movido, con toques de aceptable fútbol y que volvió a desnudar las flaquezas de The Strongest.