El Alto recordó ayer un nuevo aniversario amenazado por la inseguridad ciudadana que derivó en hechos de muerte registrados en los últimos días, cuya población exige a las autoridades nacionales endurecer las penas contra la delincuencia.
Por otro lado, los alteños que participaron en la víspera del desfile cívico militar manifestaron también que no hay nada que festejar, debido a la falta de ejecución de obras de magnitud para el progreso de la joven ciudad.
La actividad comenzó con una ceremonia interreligiosa, que pese a la tenue lluvia contó con la presencia del presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, el gobernador César Cocarico y el alcalde Edgar Patana, además de otros representantes nacionales y locales.
En la oportunidad las autoridades expresaron sus buenos deseos para que en la ciudad de El Alto se pueda mejorar la calidad de vida de sus habitantes.