Un alto precio a pagar

Demasiados comentarios se escucharon desde y antes de la derrota contra Blooming, inclusive que se despidió de sus jugadores en el camarín luego del partido en Santa Cruz, agradeciéndoles por lo del campeonato y el esfuerzo demostrado también en Copa Libertadores de América.

Uno supone que los seis puntos conseguidos en el torneo internacional y la cercanía de una clasificación a la segunda fase de este torneo tendrían que brindar cobijo y tranquilidad a un grupo y a un cuerpo técnico conscientes que tienen limitaciones en el número de su plantilla para poder llevar adelante con la misma intensidad y producción también el torneo doméstico.

Tocamos este punto hace un par de semanas largas en un editorial de Ernesto Murillo en nuestro suplemento, donde le poníamos una voz de alerta, dirigida a la hinchada y dirigencia, sobre la normalidad de atender la obligación mayor. En este caso el bien mayor es la Libertadores y lo poco o nada que consiga en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano evidentemente presiona demasiado, sobre todo a Mauricio Soria.

Antes de comenzar esta seguidilla de partidos, también en este espacio, analizamos las bajas por lesiones y la cantidad de juveniles con los que obligadamente tendrá que contar para poder con los torneos.

El presidente de la institución aurinegra Kurt Reintsch, que siempre da la cara, se encuentra en Tipuani sin señal telefónica, Fredy Téllez fue intervenido ayer de la rodilla, el resto de la dirigencia prefiere mirar hacia el costado y todos los celulares estaban apagados; en conclusión:Nadie fidedignamente puede asegurar nada. Por lo que tengo entendido este tema solo lo conversará con el Presidente y con nadie más.

Aunque existe la incertidumbre de su presencia en el clásico y en Brasil y ni los jugadores ni dirigentes recibieron una comunicación oficial de su alejamiento hasta anoche, nos da la impresión que no saltará del barco antes de estos encuentros.

Lo que si estamos en condiciones de asegurar, es que los ánimos no son de los mejores, los nervios y ciertos malestares están en punto caramelo, que se ha sufrido un desgaste irreversible y que lamentablemente la crisis para muchos dentro del plantel, del cuerpo técnico y en la Ultra Sur, nunca fue superada.

Que se trabajó mancomunadamente para cumplir objetivos casi imposibles y que los mismos se festejaron mucho, vale; pero luego de los fuegos artificiales, los petardos y el Champagne quedaron indudablemente muchos orgullos heridos, muchos respetos faltados y un resquebrajamiento en varias relaciones internas, sobre todo con la dirigencia.

Las cosas no están bien con lo que se pensaba lograr hasta este momento en la Liga y no es nada del otro mundo que se priorice la participación en el torneo mayor donde están muy bien con las consecuencias que se tienen que pagar.

La dirigencia no tiene dinero para pagar ninguna rescisión del contrato. Si no hay renuncia, Mauricio Soria se irá como lo adelantó hace meses atrás, cuando le dé la gana.