Inundaciones en Bolivia por presas brasileñas

Este artículo está escrito con tristeza por la falta imperdonable que comete el Gobierno al tratar en forma inhumana y sin ninguna consideración a humildes dueños del Territorio Indígena Isiboro Sécure (TIPNIS) y a los indefensos discapacitados, utilizando fuerza policial y argumentos políticos, inventados cada día para rechazar los derechos que en justicia reclaman como ciudadanos bolivianos.

Mientras el presidente Evo Morales trata de solucionar problemas sociales generados durante su gestión, descuida la urgencia de solucionar, por vía diplomática, problemas económicos y geopolíticos que se han presentado con el Brasil. Se conoce que se originarán inundaciones en Bolivia por la construcción de las presas hidroeléctricas brasileñas Jiraú y Santo Antonio, ejecutadas unilateralmente sobre el río Madeira, que es afluente del Madera que nace en Bolivia y es clasificado como río internacional de curso sucesivo.

Analizando antecedentes, estudios, publicaciones, documentos escritos en la prensa nacional y en Internet, podemos alertar a nuestros gobernantes, porque es inminente la inundación lenta en la cuenca Amazónica, debido a que las presas hidroeléctricas de Jiraú y Santo Antonio entraron en funcionamiento en julio y diciembre del año 2011 y que el Proyecto “Flujo migratorio” de 1907 fue actualizado y ejecutado a partir de 1970, por la actual presidenta Dilma Rousseff, logrando la relocalización de unos 50.000 indígenas y campesinos trasladados a zonas libres de inundación, dándoles toda clase de facilidades en cuanto a vivienda, servicios sanitarios, agua potable y carreteras.

Lamentablemente nuestros gobernantes tienen la costumbre de preocuparse por los daños económicos y sociales en zonas de inundación cuando ya la gente estaría ahogándose y muriendo por epidemias, habiendo perdido sus pertenencias y sus propiedades.

En consecuencia, es oportuno recordar el origen de las inundaciones artificiales generadas por el Brasil.

Al ingresar a territorio boliviano el agua retenida por las presas brasileñas, con un nivel mayor al de la cota en la frontera Brasil-Bolivia, la altura de agua funcionará como la pantalla de una presa para obligar a retroceder hacia sus cuencas de origen a todos los ríos que convergen al río Madera, causando inundaciones en las regiones ribereñas a lo largo de los cursos de agua y de sus afluentes, entre los que se encuentran los ríos Abuná, Beni, Mamoré, Madre de Dios, e Iténez o Guaporé.

El Brasil con la inundación en territorio boliviano podría efectivizar sus objetivos de carácter económico y geopolítico, tomando en cuenta el proyecto de navegación del río Madeira entre “Porto Velho y Guayaramerín”, para luego, aprovechando zonas inundadas en Bolivia, unir por vía fluvial el Brasil con Perú, donde por otros medios de transporte utilizaría puertos chilenos, concretando así el “Corredor Bioceánico Atlántico - Pacífico”, que poco o nada beneficiaría a Bolivia.

Por lo tanto, nuestro país debe asegurar sus derechos jurídicos y legales sobre las utilidades económicas y el potencial de energía eléctrica producida en las presas Jiraú y Santo Antonio.

El autor es Ing. Civil - Militar e Ing. Ambientalista Certificado, ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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