Bogotá, (EFE).- Bogotá recuperó ayer la calma tras el caos en el que se sumió el viernes la capital colombiana por las protestas contra el sistema de transporte público Transmilenio, al tiempo que se prepara para nuevas movilizaciones anunciadas por sus promotores.
Tras los disturbios del viernes, Bogotá amaneció con el servicio de autobuses articulados de Transmilenio casi restablecido y la mayoría de las estaciones reparadas, después de que cinco de ellas quedaran destrozadas, gracias a cuadrillas especializadas que desde la madrugada trabajan en la restauración del mobiliario urbano.
Además, el alcalde de la capital colombiana, Gustavo Petro, convocó un consejo de seguridad con la Policía Metropolitana para definir las medidas que abordará su administración para “garantizar el derecho a la protesta” pero sin “permitir nuevos bloqueos”.
“Ya se ha reforzado completamente, hay varios miles más de policías en la ciudad”, aseguró al término de su reunión con el jefe de seguridad ciudadana de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino y el secretario de Gobierno Antonio Navarro.
Según Petro, “la orden a la empresa pública Transmilenio es que cualquier hecho no debe impedir que los transmilenios (autobuses articulados) circulen en la ciudad, que los buses tradicionales que circulen la ciudad, esa es la orden perentoria, se privilegia”.
De este modo, el Gobierno local planea evitar que el próximo lunes vuelvan a registrarse bloqueos y protestas por el costoso e insuficiente funcionamiento de este medio de transporte público, como han anunciado los organizadores de las protestas del viernes.
Camilo Alberto Meza, uno de los portavoces, anunció en medios locales que “el día lunes (12 de marzo) continúa esta protesta, se van a bloquear todas las estaciones de la ciudad de Bogotá (...) porque este servicio es absolutamente malo y muy caro”.
Los bloqueos se extendieron el viernes durante más de 10 horas y desataron disturbios que fueron sofocados por las autoridades con gases y un total de 70 detenciones.
Para el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, los hechos de la víspera no fueron protestas sino “hechos vandálicos” que fueron organizados “con fines diferentes a los que están diciendo que quieren conseguir”.
Con esta denuncia, Santos apoyó la tesis de Petro, que apunta a que detrás de los disturbios hay miembros de la anterior administración de la Alcaldía de Bogotá, intereses políticos del Partido Comunista y el Moir (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario).
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