Los vecinos pueden o no estar conscientes

Las consecuencias de las acciones de una turba enardecida pueden o no quedar en la conciencia de cada persona dependiendo de la individualidad de cada una de ellos, siendo algunos más afectados que otros, explicó la psicóloga social Virna Rivero.

“Sólo una investigación, en el momento en que pasa el hecho violento, podrá establecer si de forma individual algo queda en la percepción por la acción asumida en masa. De la misma manera los niños (as) y adolescentes que son testigos de los hechos de violencia, como es el linchamiento o el quemar las pertenencias de otras personas, son ejemplos que no sólo pueden seguir, sino que los mismos se pueden agravar en acciones futuras”, advirtió la experta.

De acuerdo con la profesional de la conducta humana, los menores de edad que son testigos de linchamientos o violencia en contra de otras personas, asimilan ese proceder como algo normal, por tanto no sólo se va a repetir el ejemplo captado, sino que la misma reproducción podría ser más violenta e incluso la culpa por el hecho desaparecería.

“Si un menor es víctima de violencia o si presenció la muerte de una persona dentro de su barrio, zona o población, le será difícil diferenciar hasta dónde es aceptable un hecho violento y no podrá definir la diferencia entre lo racional y lo inadecuado”, sostuvo Rivero.

“Ellos siguen varios modelos, principalmente a sus padres, por lo tanto con el linchamiento incluso les estamos enseñando que son ejemplos a seguir y de forma errada perciben que es parte de su cultura, en la medida en que se repita. Pero además como la violencia que se enseña puede repetirse cuando ellos sean mayores, puede también quedar en una situación de indefensión, donde ellos no sean capaces de defenderse frente a un hecho de violencia”, añadió.