Carencia de trabajo para mujeres hace que lenocinios incrementen en La Paz

La carencia de fuentes laborales para mujeres hizo que el número de lenocinios haya aumentado considerablemente en los últimos meses en La Paz y según evidenció EL DIARIO no existe normativa para las actividades que desempeñan las trabajadoras sexuales.

Las zonas con mayor cantidad de prostíbulos son : calle Figueroa, avenida América, calle Potosí, calle Bueno, calle Mercado, avenida Camacho, avenida Arce, cancha Zapata, Miraflores, Villa Fátima, zona Sur y Sopocachi.

Según indicó la concejala municipal de la Comisión de Derechos Humanos, Silvia Tamayo, “el tema relacionado a la prostitución es muy delicado, porque no se puede afectar la actividad laboral de cientos de trabajadoras sexuales y al mismo tiempo, implica una serie de conflictos morales para la sociedad”.

“Si bien existe una asociación que conglomera a las mujeres que trabajan en esta actividad, es más notoria la proliferación de personas o negocios que trabajan de manera ilegal en la prostitución, al margen de dicha asociación, y precisamente son éstos negocios los que se desarrollan en pleno centro de La Paz o a plena luz del día, ocasionando problemas de tipo moral a la sociedad y mal ejemplo a los menores de edad”, afirmó la concejala.

Al mismo tiempo reconoció que “a muchas ciudadanas, especialmente siendo madres abandonadas y sin instrucción para poder competir en el mercado laboral, no les queda más que vender su cuerpo para poder sobrevivir”.

Las competencias del Gobierno Municipal de La Paz en este difícil trabajo se limitan al control de la venta y consumo de bebidas alcohólicas en los prostíbulos, pero no existe norma municipal que otorgue el permiso de funcionamiento de un lenocinio, porque la actividad es catalogada de ilegal en el departamento.

TESTIMONIOS

Mireya (19 años)

Plaza Eguino

“Ahora es bien difícil para mí continuar trabajando en el comercio de la prostitución, cada vez aumenta el número de chicas en las calles, no nos respetamos, porque muchas cobran muy barato, no sé qué podemos hacer, me siento bien triste. Yo comencé a trabajar cuando mi esposo me abandonó, me botó a la calle con mis hijos, ahora él está viviendo feliz con otra mujer y yo tengo que trabajar todos los días para que mis hijos coman, y a veces estos hombres nos golpean cuando no queremos hacer las cochinadas que ellos buscan, ahora quisiera que me comprendan no que me critiquen…”.

Natasha ( 25 años)

Avenida América

“Yo soy de la ciudad de Santa Cruz me vine acá a La Paz porque me escapé de mi padrastro que me hacia daño, no quiero volver nunca allá, ahora sufro pero voy a ahorrar mucho dinero y me voy a ir a otro país a trabajar, al principio esta actividad era difícil porque me daban asco los hombres, pero ahora ya me estoy acostumbrando, sólo porque quiero irme, además la que me trajo me hace pagarle la renta y eso no me gusta porque ella creo que gana más que yo. Quisiera morir muchas veces, necesito irme lejos y estar sola porque nadie me valora como mujer, solo me dicen puta, siempre me dicen así…” .

Nahomi (20 Años)

Avenida Camacho

“Me dedico a esta profesión hace mucho tiempo, mi madre me decía que era una mujer de la calle cuando me salía con mi novio, así que decidí irme de mi casa para que no me humille, lo peor es que acá estoy sola. En mi trabajo dicen que soy de ‘clase ejecutiva’, que puedo tener lo que quiera, además trabajo a domicilio, es mejor para mi, hago que me paguen todo lo que quiero para mantenerme bien peinada y bien vestida. Me gusta estar así, al día tengo 6 a 7 clientes, depende… cuando hay despedida de solteros se vuelven locos y me gusta, estoy acostumbrada, además que realizo controles médicos periódicamente”.