Por Savino F. Tola Titto
El término “autismo” proviene de la palabra griega eaftismo que significaría el “encerrado en uno mismo”. El autismo es un síndrome que afecta a la comunicación y las relaciones sociales y afectivas del individuo. El significado de autismo es utilizado en el lenguaje de los profesionales entendidos acerca de las personas con problemas psicológicos desarticulados de su ámbito cultural y ámbito social.
Las autoras Lorna Wing y Judith Gould (1979) emplearon por primera vez el término autista con características de trastorno en las capacidades de reconocimiento social, trastorno en las capacidades de comunicación social y patrones repetitivos de actividad, tendencia a la rutina y dificultades en imaginación social.
Para mejor comprensión se presenta las características de autismo descritos por Javier Garza,
(http://www.psicopedagogia.com/caracteristicas -de-los-niños-autistas; 2012):
- Lenguaje nulo, limitado o no lo tenía y dejó de hablar
- No tiene interés por los juguetes o no los usa adecuadamente
- No ve a los ojos, evita cualquier contacto visual
- No juega ni socializa con los demás niños
- Evita el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen
- Agresividad y/o auto agresividad (se golpea así mismo)
Sin embargo, la Dra. Aymara Morales (2012) declara, “el autismo no es una enfermedad, sino más bien en muchos casos, el autismo causa problemas de la comunicación, tanto verbal como noverbal”. Entonces, el niñ@ o la persona adulta no tendría patología del autismo, sólo se distanciaría de los demás por razones subjetivas de la comunicación no conveniente.
Por otra parte, para Daphne Soria (2012) “no existen niños/as o personas adultas autistas y si existiera tiene que presentarse una serie de características sintomáticas con varios rasgos, sólo se los ven por egocentrismo infantil, por diversidad de pensamientos sociales”. A la sazón, sería la confusión etiquetada del autismo a cualquiera persona que presenta diferencias personales muy marcadas, inclusive difundidas por los medios de comunicación, señala Dennys Contreras (2012), “porque hasta ahora no se ha visto niñ@s o adultos que muestren debilidades de naturaleza autista”.
Pero resulta que en la Universidad Aquino de Bolivia se aplicó un instrumento de diagnóstico a los escolares de primaria de la Ciudad de El Alto (2012) donde no presentan problemas rasgos relevantes de autismo o mejor dicho de forma general no hay el síndrome de autismo o síndrome de Asperger (parecido al autismo). Los niños/as que presentan TGD (trastornos generales de desarrollo) aparentemente muestran problemas de sociabilidad con desfases en el medio escolar y ámbito social
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