Las incongruencias estatales

Desde hace mucho tiempo escuchamos una constante perorata de casi todos los miembros del partido de gobierno, que en forma reiterativa achacan sus errores a la derecha, la oposición, las ONGs, los Estados Unidos, etc. Creo oportuno decir que el pueblo está cansado de que se eche la culpa de la mala administración del Estado a quienes mencionamos, como si fuera suficiente justificativo para que el país se debata entre incoherencias que son el pan de cada día.

A dichos señores debemos decirles que en lugar de hacer discursos o ser entrevistados en canales de televisión y medios de prensa, encuentren formas de satisfacer las necesidades más elementales de los sectores de la población. El país está saturado de paros, manifestaciones, marchas, bloqueos, etc., como nunca se había visto antes, porque en vez de solucionar problemas a tiempo, esperan que los reclamos lleguen hasta la última fase de presión, para luego dialogar, tratar de frenar conflictos y finalmente ceder ante las exigencias.

Nunca se ha tenido este tipo de protestas que se van radicalizando a medida que pasa el tiempo, lo más grave es que todo se centraliza en la sede del Gobierno, donde a veces es imposible para los trabajadores en general llegar a sus fuentes de trabajo y en muchos casos sufren los respectivos descuentos por atrasos o faltas. El caos en que vivimos es cotidiano y todo por la falta de decisión de las autoridades que no dan soluciones rápidas a problemas que, al final, son creados por ellas mismas, en deterioro del desarrollo del país.

A veces para dar cierta respuesta a los constantes reclamos de una u otra parte, el Estado recurre a los señores Fiscales, que da la impresión que son sustitutos de los organismos de represión de gobiernos dictatoriales, donde lo primero que se hacía era torturar a las personas, luego encerrarlas o desterrarlas. Ahora ya no hay torturas pero sí cárceles, es casi imposible emitir opiniones o hacer pedidos justos para ciertos sectores sin que a uno lo tachen de opositor, neoliberal, reaccionario y muchas veces lo acusen de complotar contra el Gobierno para derrocarlo.

Ahora bien, lo que podemos decir es que se dicta leyes neoliberales, como en el caso del sistema de pensiones, donde se calcula pensiones bajísimas para la subsistencia de las familias y peores que las que concedían las Administradoras de Pensiones. Esta es una ley neoliberal, podríamos señalar, como la que desautoriza a la Ley Nº 180, que por presión del propio Gobierno desean anularla. Hay varias otras, pero si las mencionamos seguramente seremos acusados de ser parte de la oposición, la derecha o que estamos pagados por ONGs, al margen de que digan que recibimos fondos del exterior.

La incapacidad demostrada con la imposición de medidas ha llegado a colmar al pueblo, ya en nada se cree, el país esta inmerso en soportar hechos que son rechazados en el marco de un sistema que poco a poco nos lleva a un proceso retrógrado. Es como si se condujera un coche sin piloto, derivando todo al copiloto, simulando que conduce con arrogancia. Mientras, el piloto recibe una serie de homenajes por disposiciones que sólo benefician a sectores relacionados con el partido de Gobierno, o en su caso con viajes por todo el mundo.

Lo grave en cuanto a la economía nacional es que el gasto corriente continúa subiendo, especialmente por la creación de cargos públicos, pues de aproximadamente 75.000 funcionarios antes, la cantidad subió a más de 170.000. Esto puede afectar los ingresos del Tesoro General del Estado, ya que de acuerdo con datos a la fecha los gastos corrientes han subido a Bs. 17.000.000.000.- (diecisiete mil millones 00/100 de Bolivianos), según investigación propia. ¿Es necesario que siga creciendo la burocracia estatal o se está cancelando el favor del voto?

Pero no solamente ese es el problema, existen otros como el de la migración del campo a las ciudades, por esto el ciudadano común ha notado que el país ahora tiene que importar más productos originarios o nativos, por el abandono de la tierra, especialmente del altiplano.