Con los nervios a flor de piel

Marchas, caos vehicular, congestionamiento vial, inseguridad ciudadana y largas distancias que recorrer son las principales causas para que el ciudadano paceño sea considerado como el más estresado del país.

Con un promedio de tres marchas por día que congestionan la troncal de la ciudad, además del caos vial que ocasiona el cierre o cambio de rutas, a lo que se suma la contaminación acústica y la lucha contra el tiempo para cumplir obligaciones, el habitante de La Paz tiene como un 40% más de probabilidades, en comparación a otros ciudadanos de Bolivia, de contraer enfermedades e incluso encontrar la muerte súbita debido a afecciones nerviosas, explicó a EL DIARIO el psicólogo Pedro Urquidi.

Uno de los principales factores que lastima la salud de los peatones es la contaminación acústica que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla bien.

Para el profesional, los efectos que acarrearía, a la larga, el tipo de vida que lleva el paceño hoy en día son: pérdida del sueño, conducta irritable, pérdida de memoria y pérdida de atención; además de afecciones cardiacas o respiratorias que pueden derivar en infartos o embolias.

OPINIONES

Alicia Mamani

(oficial de tránsito)

“Nosotros los policías que estamos encargados de viabilizar el tráfico, cuando se presentan movilizaciones en el centro de la ciudad, podemos percibir el daño que ocasionan en la ciudadanía y los choferes porque la gente a nosotros nos insultan, nos gritan, nos tocan bocinas una y otra vez; nos echan la culpa, todos los días vemos el sufrimiento y el estrés de la población y también nos afecta”.

Gustavo Quinteros

(chofer transportista)

“Lo que ahora estamos viviendo los transportistas en La Paz es grave, todos los días tenemos que soportar las marchas. Los médicos, vecinos, profesores, etc. Falta que nosotros marchemos y no trabajemos. La población se desquita con nosotros, nos piden acelerar, buscar caminos alternos y nosotros pisamos el acelerador. Los niveles de estrés subieron de manera impresionante en los habitantes de La Paz”.

José Cuentas

(ciudadano)

“En la ciudad de La Paz estamos cansados de ver a diario tanto embotellamiento, tantas manifestaciones, tantas acciones que nos hacen daño a la salud. La gente se desespera, se angustia cuando no se puede subir a una movilidad, cuando no hay paso. A veces los choferes nos abandonan a la suerte cuando hay bloqueo, todos estos factores afectan a la tensión nerviosa que vivimos. La gente está a la defensiva, hay molestia y nervios ya no se pueden controlar, a veces nos chocamos sin querer y nos insultamos en vez de pedir una disculpas, esto es por la ira de la situación tensa que vivimos a diario”.