Mutún: ¿Bolivia quiere solución por el desastre?

Varios medios publicaron aseveraciones del Sr. Saúl Escalera sobre el proyecto Mutún y la Empresa Jindal Steel Bolivia (JSB), tendentes a una falsa apreciación de la realidad que como boliviano debo aclarar.

No es negocio para Bolivia exportar sólo materia prima, pero tampoco lo es para JSB hacer sólo minería extractiva en Mutún, ya que ésta no es una empresa minera, y se dedica a la producción de acero, con actividad en más de 10 países y 4 continentes.

Los volúmenes de producción anticipada de mineral de hierro, según lo prevé el contrato, son de un millón de ton/año, durante el montaje de las plantas, hasta el 2014.

La exportación de mineral de hierro a la fecha es irrisoria: 11,000 toneladas (once mil) de las ya autorizadas 60,000 toneladas (sesenta mil), también irrisorias considerando las reservas de hierro del área de concesión de JSB, que ascienden a 20,000,000,000 de toneladas (veinte mil millones). En efecto, la idea de “estarse dando carta blanca a JSB, para exportar grandes cantidades de mineral” es ignorante de la realidad.

Escalera divide su análisis en tres partes: 1.- Comibol y Mutún en década 70-80; 2.- Técnicos bolivianos conocen tecnologías para el Mutún; 3.- Comibol debe industrializar el Mutún por sí sola. Me cabe comentar:

Escalera recuerda la década de los 70 cuando Comibol exportaba mineral de hierro, y propone volver a ello dadas las circunstancias. Me pregunto: ¿por qué no se continuó con la actividad minera, para luego incursionar en Siderurgia? Eso no ocurrió en décadas. No emitiré juicio de valor respecto a que la gestión de Comibol fue mala o buena, sólo diré que Mutún nunca fue una realidad en la manera en que en esos años fue encarado.

Aprecio el nacionalismo de Escalera al asumir que los técnicos bolivianos conocen las tecnologías siderúrgicas para Mutún. Más allá de buenas intenciones, con recursos financieros limitados y sin experiencia en siderurgia, no es lógico embarcar al país en invertir en tecnologías no desarrolladas a escala industrial.

El Sr. Escalera promociona abiertamente al Ing. Carlos Narciso Cardozo y sus propuestas académicas. Concuerdo con que en Bolivia tenemos buenos profesionales en minería y metalurgia, y académicos destacados, que conocen los procesos teóricos, como asumo es el caso del Ing. Cardozo con varias propuestas académicas, a saber: KARNAKAR – ACERO; KARNAKAR – LITIO; etc. Sobre KARNAKAR – ACERO, según Escalera, ésta fue probada hace 40 años, pero hasta la fecha no fue consolidada como proceso industrial.

¿Comibol debe industrializar el Mutún por sí sola? No. No debemos repetir la historia. Y no queda clara la intención de Escalera al promover la asociación de persona natural (Ing. Cardozo) con Comibol nada menos que para hacerse cargo de este mega desafío (fabricación de acero boliviano), pretendiendo echar a un inversionista con presencia global ya presente en Bolivia y en pleno desarrollo del Mutún.

Como ex funcionario jerárquico de YPFB y conocedor de la problemática del gas, Saúl Escalera podría ser más útil dando su punto de vista sobre si existe o no capacidad y disponibilidad de ese recurso en las actuales condiciones o cómo viabilizarlo. Porque en cualquier caso se necesita gas para la siderurgia.

Si es que el Estado no cuenta con el gas que requiere el Proyecto, o si solo lo puede cubrir parcialmente; con transparencia entre todos los actores: Estado, ESM, YPFB, Min. Hidrocarburos, Min. de Minas y JSB, deben aunar esfuerzos para que a fines de 2014 comience la producción de acero boliviano.

Con un contrato en firme de la provisión de gas, tendremos los bolivianos el derecho a reclamar las inversiones comprometidas por la empresa JSB, en los periodos estipulados en el contrato. Busquemos soluciones lógicas y no soluciones por el desastre.

El autor es ingeniero.