Ayer fue uno de los tantos y habituales días en los que el ciudadano paceño tuvo que caminar por el centro y apurar el paso para llegar a hora a la fuente de trabajo o la reunión programada. En tanto, los transportistas jugaron al stop, nadie se movía ni a izquierda ni derecha, condujeron sus vehículos a paso de carretón.
El Prado estaba cerrado para la circulación vehicular, al igual que la Mariscal Santa Cruz, Loayza, Yanacocha, Mercado, avenida Camacho y calles adyacentes. Las vías habilitadas estaban bloqueadas por los vehículos de manera que los semáforos sólo cumplían una función decorativa.
Si hasta hace un año se tenía un promedio de una marcha por día, ahora el promedio debe superar las tres marchas diarias y cada quien quiere pasar por las principales avenidas. Para este jueves la ciudadanía ya tiene en agenda la marcha de los médicos, quienes al menos fijan el día de su caminata con anticipación, otros salen de improviso y deciden bloquear una esquina o ir a paso lento por una arteria, generalmente troncal. Toda esta carga supera las espaldas del paceño cada vez más estresado, más huraño y malhumorado.