Desde hace un año se mantienen las revueltas en Siria, los opositores exigen la salida del presidente Bashar al-Assad, quien ha respondido con represión y ataques. Esta situación indigna a la comunidad internacional, que pide detener la espiral de violencia en ese país árabe.
Los activistas culparon a las fuerzas del régimen de la masacre, mientras que las autoridades sirias responsabilizaron a “grupos terroristas”, a los que acusan de estar detrás de la violencia en ese país desde el comienzo de la revuelta.
Las restricciones que impuso el Gobierno sirio hacen muy difícil la verificación de los reportes de autoridades y sus oponentes. Empero, un trabajador médico en Homs, que realiza sus tareas en el barrio rebelde de Khalidiya, reveló que muchas de las víctimas fueron apuñaladas con cuchillos y parecía que algunas mujeres fueron violadas.
Entretanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió recientemente a Al Assad que detenga la violencia, permita el acceso humanitario y empiece el diálogo con la oposición, de acuerdo con las propuestas que le presentó Kofi Annan durante su visita.