Merecían un poco más

El partido terminó con el marcador en blanco, pero Bolívar, que ayer presentó un equipo juvenil, fue más que Universitario, que debe sentirse satisfecho porque mereció irse con las cajas destempladas.

La Academia tuvo hasta cuatro méritos, el primero fue que corrió los 90 minutos de juego, el segundo: tuvo más oportunidades que los experimentados de Universitario; el tercero, la aplicación de una marca inteligente a los jugadores más dúctiles del equipo rival y, Finalmente, nunca se vino abajo, en especial luego que Rodrigo Vargas rematara mal el tiro desde los 12 pasos.

Sorprendió el entrenador de Bolívar al alinear un equipo totalmente nuevo, con Siquita y Miranda como únicos jugadores con relativa experiencia. Tal vez el más sorprendido haya sido el plantel visitante, cuyos jugadores declararon antes de ingresar a la cancha que no subestimaban a nadie.

Algo de aquello ocurrió en el terreno, porque si bien la visita, con jugadores de cierta jerarquía, dominó las acciones en los primeros pasajes, se fueron quedando y se multiplicaron sus errores, como las entregas en el medio terreno. Liendo no tuvo tiempo para hacer las pausas, Melgar empezó a golpear muy temprano y mereció la tarjeta roja, mientras Gallegos no hacía pie en el terreno.

Bolívar se defendió bien atrás aunque Méndez y Cabrera empezaron perdiendo terreno, pero poco a poco ganaron aplomo; Zampiery estuvo muy atado a su tarea y lo propio Bustillos, pero ganaron confianza con el paso de los minutos. Sin lugar a dudas, el trabajo ordenado y empeñoso de Damir Miranda y la creatividad de Jeison Siquita marcaron la diferencia a favor del local.

Universitario tuvo una sola una jugada a los 40 del primer tiempo en la que perdió con el portero de la Academia. Por su parte Bolívar tuvo una ocasión clarísima a los 43 con un centro de Siquita que Espíndola no pudo concretar.

El segundo tiempo fue distinto, porque Bolívar avanzó en el campo de juego, tomó el control del medio terreno y en los 10 primeros minutos hizo tambalear la portería de Robledo, al menos en tres oportunidades.

Hasta que a los 25 llegó un penal para la Academia luego de una corrida de Zampiery. En un gesto de capricho Vargas tomó el balón, no se lo prestó a nadie y ejecutó el penal, débil a la derecha, Robledo intuyó la dirección y con ayuda del poste el balón no ingresó a la portería.

Este es el séptimo empate de Bolívar en nueve compromisos. El equipo no gana, pero al menos empata y eso es lo que tranquiliza a los celestes que ayer merecieron la victoria, pero al grupo juvenil le faltó ese plus que sólo la experiencia puede dar.

Sin descansos

La academia entrenó ayer por la noche (19:00) en el Hernando Siles, después del partido con Universitario. En la práctica participaron los jugadores que estuvieron presentes en el partido y los que no lo hicieron.

LA FIGURA

Si bien no era uno de los jugadores con más experiencia en el campo de juego, Jeison Siquita respondió de gran manera a la confianza de Hoyos, que incluso lo hizo debutar en la Copa Libertadores.

El volante paceño, prácticamente se comió la cancha, apoyando a sus compañeros en todos los sectores del campo de juego. Fue fundamental en los ataques celestes, siempre tratando de llegar de distintas maneras: corriendo constantemente por las bandas, organizando al equipo en el medio campo, realizando pases efectivos a sus compañeros, especialmente a los delanteros.

Pero no sólo se destacó en función de ataque, sino también al momento de defender. Cuando los capitalinos acechaban el área defendida por Romel Quiñones, Siquita colaboraba con sus compañeros del sector defensivo al mismo tiempo de recuperar balones en mediocampo.