Montevideo, (EFE).- El Gobierno, la policía y la clase médica de Uruguay intentaron ayer calmar a la población con medidas preventivas y mensajes de confianza tras la alarma generada por la muerte de 16 pacientes en unidades de cuidados intensivos de dos hospitales de Montevideo a manos de dos enfermeros.
Al presentar un paquete de acciones para asegurar que no se repitan casos similares, el ministro de Salud, Jorge Venegas, comparó lo ocurrido con una “catástrofe” y dijo que todo el personal a su cargo deberá “trabajar mucho para recuperar la imagen y credibilidad” del sistema sanitario.
A su lado, el viceministro de Salud, Leonel Briozzo, admitió que el país está viviendo “una situación dramática, dolorosa y repugnante”.
Los enfermeros uruguayos J. A. A, de 46 años, y M. P. G., de 39 años, fueron procesados el domingo por el delito de homicidio especialmente agravado y enviados a prisión, tras confesar ante el juez de Montevideo Rolando Vomero haber sido autores de los 16 asesinatos.