La expresión de Abaroa

Recordemos que el 23 de marzo de 2011 el presidente Evo Morales Aima anunció que presentaría una demanda internacional para solucionar el diferendo con Chile y conseguir una salida soberana al mar. El Gobierno, se decía, trabaja con historiadores, académicos y juristas con el fin de elaborar la demanda argumentada contra el país de La Moneda. En septiembre del fenecido año, Bolivia contrató los servicios del abogado español Antonio Remiro Protóns como asesor de la estrategia legal. El ex titular Juan Lanchipa de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar) en diciembre pasado informó que hasta el 23 de marzo de 2012, Bolivia tendría listo el perfil de la demanda marítima a ser presentada en la Corte Internacional de La Haya. Pero no se avanzó, aunque se decidió suspender las conversaciones bilaterales el 23 de marzo.

El presidente chileno Sebastián Piñera, que tenía que visitar el país en noviembre de 2010, sugirió “reiteradamente” que un tribunal internacional no es el mejor escenario para resolver el diferendo. Chile siempre soslayó, mintiendo, recurriendo a un montaje fraudulento para justificar la invasión militar de conquista territorial y la usurpación de territorio marítimo de Bolivia, con tanta riqueza que lo sacó de la pobreza, porque todo lo obtuvo del despojo, con la ley de los piratas, la de que la victoria da derechos.

Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas el 17 de marzo de 1978, desde entonces varios gobiernos nacionales intentaron un acercamiento sin resultados, aunque en 2006 iniciaron un diálogo entre la ex mandataria chilena Michelle Bachelet y el presidente Morales para confeccionar una agenda de 13 puntos donde está el tema mar, pero no contempla la restitución de un territorio con soberanía. Para Chile nuestra salida al mar sin soberanía sería una solución, aunque no sería gratis, pues a cambio pedirían la condonación de la deuda histórica y permitirles el uso indiscriminado de las aguas del Silala, además de usarnos de plataforma para comercializar con el Brasil.

La agenda distraccionista suscrita hace seis años con la astuta diplomacia chilena es más favorable a Santiago que a los ingenuos de la diplomacia boliviana. El 30 de noviembre de 2010, el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, que seguramente maniobra el litigio Perú-Chile a favor de su país, con algo de hipocresía dijo que “consideraba que Chile y Bolivia deben avanzar en las conversaciones para encontrar una solución a la demanda boliviana”.

Nuestro pueblo debe entender que ningún organismo internacional puede obligar a Chile a hacer concesiones territoriales, por eso en la reunión de la Organización de Estados Americanos en los primeros días de junio en Cochabamba, no conseguiremos más que apoyo moral, como en muchas otras ocasiones. El presidente chileno se afana de hacer el “lobby” para que Bolivia no tenga el respaldo de la OEA.

El 23 de marzo no debemos olvidar aquella varonil expresión de Eduardo Abaroa cuando el chileno le intimó: ¡Ríndase boliviano y le concedo la vida!... Por última vez… ¡Ríndase! ¿Rendirme?... Que se rinda su abuela… ¡c….! Una descarga de fusilería puso fin a su existencia. Aquel grito de disgusto hizo retumbar el puente del Topáter. Esa fue la respuesta al comandante araucano con sus 1.400 soldados fuertemente armados, 4 ametralladoras, dos piezas de artillería y un cuerpo de caballería.

Calama es el símbolo del valor y la hombría. Sintetiza todo lo heroico desde que se ha escrito nuestra historia, y nos recordará para siempre el coraje, el valor de los 135 héroes del Pacífico, que con apenas 43 rifles y algunas carabinas hicieron retroceder al enemigo por tres veces. Aquellos hombres escribieron la inmortal página de heroísmo y sacrificio boliviano. Acribillado Abaroa, el hijo del chileno Carlos Roberto Souper cobardemente lo atravesó con su espada. Entonces, sobre los cadáveres de los defensores, recién pudo pasar el grueso del ejército invasor chileno. Si Leónidas con sus valientes espartanos, defendiendo el paso de las Termópilas, escribió el más bello poema épico de la antigua Grecia, Abaroa hizo lo propio en el corazón de América.

Si se quiere rendir homenaje de admiración y respeto a Eduardo Abaroa, se lo debe hacer con civismo en los cuarteles, colegios, escuelas, pues desfilando por las calles sólo se obstaculiza el paso de los viandantes y se provoca congestión de vehículos motorizados, perjudicando a la población, cansada de tantos bloqueos.