Norma Merlo:
La Fundación Cinemateca Boliviana organizó el pasado 14 de marzo la primera versión del Premio Semilla del Cine, en conmemoración a los 24 años del fallecimiento de Oscar Soria Gamarra, un destacado guionista y pionero del cine nacional. Este galardón recayó en la reconocida actriz argentina Norma Merlo (NM) por su trayectoria artística y como gestora cultural en Bolivia.
La actriz nació en Nicanor Olivera (Argentina) en 1934 y en su juventud trabajó en diversas actividades, pero a sus 19 años cuando era empleada de la empresa “Standard Electric” en Buenos Aires descubrió su verdadero talento. Se formó artísticamente en la escuela del “Nuevo Teatro” con directores como Pedro Asquini y Alejandra Boero. En 1974 formó parte de una comunidad de teatro integrada por Bruno Bert y otros, entre quienes estaba Pedro Susz (su actual esposo).
En 1975 llegó a Bolivia y comenzó una intensa actividad teatral, dirigiendo grupos como “Le rideau” de la Alianza Francesa (1987). En 1988 se incorporó al elenco del Instituto Nacional de Música y Artes Escénicas. Actuó en importantes películas como “Amargo mar” de Antonio Eguino, “Cuestión de fe” de Marcos Loayza y “El último realista” de Hugo Ara. Además de participar en vídeos como: “Recorrer esta distancia” de Francisco Ormachea, “Cuando tú te hayas ido” de Marcos Loayza, “Ese sordo del alma” de Raquel Romero y Fuego Cruzado de Rodrigo Ayala y muchas otras producciones nacionales.
Femenina (F) estuvo presente en la entrega de este galardón y conversó con la artista para conocer cómo empezó en el teatro y qué diferencias existen en el teatro de ayer con relación al actual.
F.- ¿Qué ha significado el teatro en su vida?
NM.- A mí me consideraban el patito feo cuando era jovencita y al ingresar al teatro me sentí importante sabes porque, vos te subes al escenario y todo el mundo está pendiente de ti, sea para tirarte tomates, aplaudirte o silvarte. Las personas están atentas y de pronto yo sentí eso con el teatro que la gente me tomaba en cuenta y para mí eso era muy importante. A partir de ahí me fui adentrando en los escenarios y realmente me sentía muy bien con cada personaje, es algo muy lindo estar en el teatro realizar obras y mostrar al público un personaje que tiene muchas cosas tuyas.
F.- ¿Recuerda cómo comenzó en el teatro?
NM.- Yo comencé en Argentina cuando trabajaba en la empresa “Standard Electric” en Buenos Aires en aquel entonces se conformó un grupo teatral, en el que yo enseguida me anoté, en ese momento no sabía que el teatro iba a ser eso para mí. Fue entonces cuando alguien me dijo bueno tienes que estudiar teatro porque tienes las condiciones necesarias, pero eres mala para la voz, mala para el cuerpo y debes tener disciplina.
Ensayamos la obra “Prohibido suicidarse en primavera”, pero no se la presentó. El director realizó un casting para seleccionar a los personajes de esta obra y casi al finalizar las actuaciones me llamó a mí, yo me había aprendido el personaje de la enfermera y mientras esperaba tomaba nota de las observaciones realizadas por el director a mis compañeros. Cuando me invitó a pasar y hacer el papel del personaje lo hice sin correcciones, conseguí hacerlo llorar fue en ese instante que yo me sentí en la gloria porque logre emocionarlo hasta las lágrimas que maravilla dije, esa fue mi primera incursión en el teatro. Luego me propuse prepararme con directores independientes como Pedro Asquini y Alejandra Boero fue ahí donde conocí a mi esposo Pedro, pero fue en Bolivia donde realicé los personajes más importantes.
F.- ¿Cuál fue la obra teatral con la que más se identificó?
NM.- Con los “Fantasmas de Juana Azurduy”, donde el personaje principal era esta heroína. El libreto estaba tan bien escrito que con solo leerlo te hacía llorar y vivir la narración. Yo me sentía una Juana con mucha garra y ñeque como dice el alcalde, lo malo fue que sólo se presentó dos veces por televisión, debido al golpe de estado tuvimos problemas para su difusión posterior. Con decirte que no hay nada de la obra ni una foto y tampoco copias. Fue una lástima que no se la observará en otra ocasión y tanto que costó hacerla porque en ese tiempo había bloqueos precisamente cuando teníamos que filmar y sólo comíamos sardinas, porque no podíamos ir a ningún restaurante, pese a los inconvenientes la obra se la realizó.
F.- ¿Qué valores son los que rescata de los personajes que interpretó?
NM.- De Juana Azurduy que fue una mujer impresionante como madre, mujer, esposa y guerrillera. Lastimosamente esta heroína no se la tomó en cuenta y murió prácticamente en el olvido.
F.- ¿La temática de las obras actuales ha cambiado mucho en relación con las antiguas?
NM.- La temática de las obras que están eligiendo los grupos no son las mismas que nosotros realizábamos. Los jóvenes ahora no quieren hacer cosas lloronas sino personajes más reales y directos, esto ojalá que sirva para que el público se siente a ver las obras y surjan buenos actores con temas interesantes, los jóvenes son los que van a salvar el teatro y lograrán atraer nuevamente a los espectadores.
Siempre es bueno el cambio no podemos seguir con las cosas de antes, pero que sean cosas positivas que el teatro ayude a los jóvenes para alejarlos de la droga u otros vicios, eso es algo muy interesante.
F.- ¿Algún consejo para las personas que desean ingresar en la actuación?
NM.- Si les gusta acerquense a los grupos que hacen teatro, es algo muy lindo; antes había una Escuela de Teatro que dependía del Instituto Boliviano de Cultura, ahora ya no existe. El ingresar en este mundo te ayuda en todo aspecto, existen personas que deben ir al psicólogo para relacionarse con otras personas y salir de esos abismos, el teatro te ayuda, te da armas, es cuestión de conocer este maravilloso mundo.
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