El presidente Evo Morales emitió un breve discurso en el que no dio a conocer los avances que existen en la elaboración de la demanda marítima y se asemejó al del año pasado; entre otras expresiones dijo éstas:
“Bolivia es un país pacifista y la solución a su justa demanda pasa por caminos concertados por las normas jurídicas internacionales y el principio de la buena fe”. “Nuestro país busca ante tribunales internacionales una solución a su demanda marítima que por justicia y derecho le asiste”. “La construcción del fundamento de nuestra demanda es una tarea delicada que llevará tiempo”. “En pleno siglo XXI, por la actitud de su Gobierno, Chile no puede continuar siendo un mal vecino”.
El diplomático e historiador, Marcelo Arduz, cuestionó la alocución del Jefe de Estado, al considerar que el Gobierno no cuenta con una estrategia política y mucho menos jurídica, que a largo plazo devuelva una salida soberana al océano Pacífico.
La Moneda no tardó en responder al discurso del presidente Evo Morales, reiterando su postura sobre el respeto a los tratados internacionales y aduciendo que Chile no tiene nada pendiente con Bolivia. Una vez más se ancla en el Tratado de 1904, olvidando espacio, tiempo, condiciones y circunstancias, repitiendo de memoria un viejo discurso que linda la hipocresía.