Los recolectores no denuncian sus carencias por temor a represalias

Varios de los encargados de mantener la urbe alteña limpia prefieren proteger su fuente laboral, a pesar del riesgo de salud por el cual atraviesan, antes de emitir un reclamo o denunciar las condiciones laborales por las que atraviesan.

Ellos expresan, además, que ni siquiera pueden darse el lujo de llegar a un centro de salud para tener un control rutinario por el hecho de que les llevaría mucho tiempo perdiendo también su fuente laboral.

Paulina, nombre convencional de una de las trabajadoras, lleva en este oficio más de 40 años, ya que por diferentes razones, ahora por su edad, no pudo conseguir ninguna otra fuente laboral en la ciudad de El Alto para poder mantener a su descendencia que se encuentra en todavía etapa escolar.

Ella comentó con EL DIARIO que en más de una ocasión su salud se vio en serio riesgo, llegando incluso a la amenaza de perder su vida con una serie de infecciones diarreicas, pero lo que más lamenta es que estas circunstancias se transmitan también a su familia, ya que sus hijos contrajeron enfermedades como la tifoidea a consecuencia de efectuar del recojo de basura sin protección adecuada.

“Incluso muchos de nosotros del salario que percibimos, que es menor a la de una secretaria pero con mucho mayor riesgo, debemos usar una buena parte para nuestros tratamientos o de alguno de nuestros hijos (as). En mi caso cerca del 30% de mis ingresos deben ir destinados a la curación de las infecciones, porque la atención en la Caja de Salud ahora que frecuentemente está en paro, no sólo que no es adecuada, sino que requiere de mucho tiempo y por el riesgo en que se expone nuestra familia a veces no podemos esperar más de 72 horas con diarrea. Lamentablemente, como no tenemos dinero, debemos tratar de curarnos incluso de manera casera, con hierbas, pero si es infección sólo tenemos que llevar al afectado al médico, porque se pueden morir con fiebre y dolores”, indicó.

“Hace tiempo hemos reclamado por el tema de nuestra dotación de ropa, los riesgos por los cuales atravesamos, lo que no nos entregan son guantes, barbijos, ni gorras, pero a pesar de que estamos afiliados incluso en la Central Obrera Regional (COR), ellos tampoco reclaman por nosotros, pese a que son parte del directorio, les pagan por reuniones pero a nosotros nadie nos hace caso”, lamentó otro de los trabajadores quien evitó dar su nombre por temor a represalias.

Por otra parte, EL DIARIO constató que los trabajadores efectúan el recojo de basura sin el equipo suficiente y adecuado, estando expuestos a una serie de infecciones al no recibir dotación de guantes, botas, lentes, barbijos adecuados y menos un uniforme completo aislante de los gases contaminantes de forma continua, instrumentos que en muchos casos se encuentran deteriorados o rotos.