La ropa de trabajo de un recolector de basura lo hace propenso a infecciones

Alrededor de 300 personas son las encargadas de mantener limpias las calles de El Alto todos los días, pero lamentablemente su labor las pone en permanente riesgo de infecciones severas ante la falta de ropa adecuada y equipo de protección contra residuos tóxicos, según asevera un reporte del Servicio Regional de Salud (Seres) en esta urbe.

Los trabajadores de aseo urbano realizan de tres a cuatro turnos diariamente, los cuales deben cumplir desde la madrugada hasta las 22:00, efectuando el recojo de basura de diferentes sectores urbanos donde muchos de ellos utilizan sólo un uniforme calificado por el director de Epidemiología de la entidad de salud, Félix Cruz, como inadecuado por estar confeccionados con una simple tela, la misma que no aísla los gérmenes contaminantes volátiles de sus principales órganos por donde se infectan las personas como son los ojos, nariz y boca.

De acuerdo con Cruz, los barbijos que utilizan los recolectores de basura no deben ser de tela sino de un material aislante más conocido como N-95, con la finalidad de evitar que las partículas de los desechos infecciosos no lleguen a ser inhalados.

“Generalmente los promontorios de basura en la ciudad de El Alto, por la ausencia de un proceso de reciclaje, se convierten en foco de infección ante el proceso de descomposición a la que ingresan en la medida en que se mantienen más tiempo sin ser recogidas. Esos gérmenes contaminantes que devienen de sustancias tóxicas llegan a ser inhaladas por las personas encargadas del recojo de basura y como ellos utilizan simples telas como barbijos en la parte de las fosas nasales y la boca, no garantiza de que los gérmenes contaminantes que se encuentran en el promontorio de basura no sean inhalados”, explicó el experto.

Cruz aseveró, además, que los barbijos N-95, debieran ser utilizados sólo por 24 horas, antes de ser desechados, por lo tanto los que usan en la actualidad hechos de tela jamás deben ser utilizados por no garantizar su protección.

Asimismo, enfatizó que un trabajador de aseo urbano debe tener como mínimo 20 barbijos al mes en caso de que la persona no realice trabajos los domingos, “de lo contrario el riesgo de enfermar con infecciones severas en su organismo es latente”, aseguró.

Según opinión del epidemiólogo, los trabajadores de aseo urbano debieran utilizar un sombrero completo con la protección no sólo del sol sino para evitar que las bacterias volátiles que se encuentran en la basura no ingresen al cuerpo por alguna parte descubierta como es el cuello o la cara.

“Ninguno de los trabajadores de aseo urbano utiliza, por ejemplo, lentes siendo los ojos, las mucosas nasales y la boca, regiones por donde penetra los gérmenes infecciosos volátiles porque entre los desechos que son levantados por los trabajadores de aseo, no sólo se tienen elementos orgánicos, como las verduras, cartones o los inorgánicos tóxicos como las bolsas de plástico, baterías entre otros, sino los desechos calificados como contaminantes de alto riesgo, como los cuerpos muertos de animales y defecaciones de animales y humanos”, indicó.

Para Cruz, la ropa adecuada con la que trabajen estos ciudadanos debiera estar compuesta por botas de trabajo con puntas de acero, overoles aislantes impermeables, guantes de goma que deben ser cambiados cada semana, lentes de protección y barbijos N-95.

Cada trabajador debiera tener por lo menos cinco mudas de ropa para cada día, con la finalidad de evitar la propagación de enfermedades serias en su entorno, especialmente a los menores de cinco años a quienes incluso podrían causarles la muerte.

“Incluso esas personas que trabajan en el aseo urbano, después de su jornada, llegan a consumir sus alimentos con la misma ropa y manos con los cuales utilizaron para levantar los promontorios de basura que son un foco de infección”, lamentó la autoridad.