Los indígenas abren la vieja herida de una represión que no se ha investigado lo suficiente, ni se ha castigado como corresponde a los culpables.
La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia eligió a Chaparina, un lugar en que un contingente policial reprimió a indígenas del Tipnis el pasado 25 de septiembre para iniciar, la última semana de abril, la novena marcha en defensa de la reserva natural.
La elección de este lugar abre una vieja herida que el oficialismo creyó que cicatrizó con el paso de los meses, mientras los indígenas quieren dar a esta marcha un contenido simbólico y de denuncia.
A propósito de este tema, volvió a salir a luz el juicio a los responsables de aquel hecho tras seis meses de espera, mientras el oficialismo maximizó el caso del supuesto secuestro del canciller David Choquehuanca.
“Lo paradójico que existe en las acciones del Ministerio Público, que por un lado nos acusan de secuestro, de intento de asesinato al Canciller, para eso se aceleran las investigaciones y como las investigaciones para Chaparina no avanzan y hasta la fecha no hay responsables”, aseveró el dirigente de la Cidob, Lázaro Tacoó.
La concentración de los marchistas será el 22 de abril en San Borja, lugar en que se esperará la llegada de las demás generaciones y así partir desde Chaparina tres días después.
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