Cuatrocientas veces Vallegrande

Como pocos lugares en Bolivia, la localidad de Vallegrande, población de cultura propia que destaca en la región oriental del país, conmemora hoy 400 años de su fundación.

Han pasado cuatro siglos desde aquel 30 de marzo de 1612, cuando el capitán Pedro Lucio Escalante de Mendoza, cumpliendo la orden del Virrey del Perú, Juan de Mendoza, fundó la ciudad de Jesús y Montesclaros de los Caballeros de Vallegrande.

La creación de esta ciudad tenía la consecución de dos objetivos concretos; el primero ser el nexo entre Santa Cruz de la Sierra y Sucre, la capital del Estado. El segundo objetivo fue controlar a los guaraníes que permanentemente acosaban a los colonos que habitaban la zona.

Con el transcurso del tiempo Vallegrande fue convirtiéndose en uno de los protagonistas de nuestra historia, tanto durante la Guerra de la Independencia y en el periodo republicano, especialmente durante las guerrillas de Ñancahuazú.

El río Yaguary es el mudo testigo de esta historia, en sus orillas en la actualidad se asienta una población orgullosa de sus raíces, pujante y que trabaja por alcanzar un mejor futuro. En ese lugar conjuncionan desde el siglo XVII tres culturas: la andina, la oriental y la española.

Vallegrande ahora es una de las poblaciones más productivas de la región, cuya economía tiene en la agricultura y ganadería a su principal sustento y con un gran potencial ecoturístico, que todavía espera iniciativas para dar frutos.

El espíritu emprendedor de los vallegrandinos los ha llevado siempre a emigrar a otras regiones e inclusive al exterior del país, lo cual ha impulsado a varios, destacar en el contexto nacional e internacional, un claro ejemplo son el Cardenal Julio Terrazas y la modelo Carla Morón.

A lo anterior, se suma su proverbial hospitalidad combinada con su particular y sencillo sentido del humor en sus expresiones culturales, como las coplas, únicas en Bolivia.

Vallegrande, con su gente que lleva el orgullo en la sangre, conmemora hoy 400 años de su fundación con la mirada puesta en el advenimiento de días mejores.