Pierre de Coubertin lo hizo posible
El 6 de abril de 1896, el rey Jorge I de Grecia declaraba inaugurados los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. El movimiento olímpico había nacido. Después de tantos problemas, por fin el barón Pierre de Coubertin veía su sueño hecho realidad.
Dos años antes se había decidido por los delegados de los 34 países que asistieron al congreso del Comité Olímpico Internacional (COI) en París, que Atenas fuese sede de estos juegos, pese a que la situación económica no era la mas idónea y las distintas formaciones políticas del país y el gobierno no estaban dispuestos a colaborar.
Como consecuencia de este inconveniente, hubo que buscar financiación privada, un griego, llamado George Avegos, donó un millón de dracmas, dinero que se destinó a restaurar el antiguo estadio de Atenas.
El restablecimiento de los Juegos Olímpicos atrajo a 241 atletas, de ellos ninguna mujer, de 14 países, las delegaciones más numerosas fueron las de Grecia, el anfitrión, Alemania, Francia y Gran Bretaña.
El 6 de abril de 1896, el estadounidense James Connolly ganó el triple salto, y se convirtió así el primer campeón olímpico desde hacía más de 1.500 años. Los vencedores recibían una medalla de dinero y una rama de olivo. El alemán Carl Schumann se clasificó entre los cuatro primeros en cinco pruebas diferentes de tres deportes.
Los atenienses acogieron los Juegos con entusiasmo y fueron recompensados cuando un pastor griego, Spyridon Louis, ganó la prueba más popular: el maratón, de 42,195 kilómetros. Los deportes pioneros en las olimpiadas fueron: atletismo, ciclismo, esgrima, gimnasia, halterofilia, lucha grecorromana, natación, tenis y tiro olímpico.
PIERRE DE COUBERTIN
El barón Pierre de Coubertin nació el 1 de enero de 1863 y murió 2 de septiembre de 1937. Fue un pedagogo francés e historiador pero es mundialmente famoso por ser el fundador de los Juegos Olímpicos modernos.
Su padre deseaba que fuera militar, pero su temperamento sensible, chocó con la dura disciplina de la Academia Militar de Saint-Cyr. Colgó las armas para dedicarse a la pedagogía.
Se fue a Inglaterra a perfeccionar sus estudios, donde conoció la doctrina del cristianismo muscular, que trataba de la búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene. Uno de los más destacados seguidores de esta ideología era el pastor anglicano Thomas Arnold y Coubertin se convirtió en su discípulo.
Comienza a divulgar estos métodos por toda Francia. Crea sociedades atléticas en los institutos que se asocian en la Unión de los Deportes Atléticos. Funda la primera revista dedicada al deporte: la Revue Athletique, y logró que el gobierno francés la incluiya en los programas de la Exposición Universal de 1889.
Es cuando comienza a soñar con unir en una extraordinaria competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir y lo importante es participar. La idea de Coubertin parecía insensata.
Intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo hablando de paz y comprensión entre los hombres.
El nadador húngaro Alfréd Hajós ganó en los 100 metros y 1.200 metros libres. Para esta última carrera, los nadadores fueron transportados en barco, dejándolos regresar solos hasta la orilla. Al terminar la carrera afirmó que más lo impulsó su deseo de sobrevivir que el de ganar la carrera.
Las competencia de levantamiento de pesas se llevaron a cabo en el Estadio Olímpico. El británico Launceston Elliot y el danés Viggo Jensen llegaron primero y segundo en los eventos de uno y dos brazos.
En esgrima se establecieron categorías amateur y maestros. Ésta último marcó el primer precedente de participación de profesionales en los Juegos Olímpicos. Por mucho tiempo, la esgrima fue el único deporte olímpico que admitía deportistas profesionales. En la final de florete amateur quedaron dos franceses y el ganador fue Eugène-Henri Gravelotte. En la categoría profesional, el ganador fue Leonidas Pyrgos. Fue el primer campeón olímpico griego de la era moderna. En sable ganó el griego Ioannis Georgiadis.
La prueba de ciclismo resultó agotadora. Éste es un deporte que ha evolucionado mucho desde esta época, sobre todo para hacerlo más atrayente tanto para el público como para los participantes.
En gimnasia, el equipo de Alemania ganó en barras paralelas y en barra fija.
EL MINUTO CERO
En la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física que se celebró en la universidad de La Sorbona de París, Francia, el 26 de junio de 1894, se decidió instituir los Juegos Olímpicos. En Inglaterra, esta idea no es bien recibida. Alemania intentó boicotear los juegos. Grecia se opone, y su Jefe de gobierno quiso impedir su realización, pues aquel lío saldría muy caro a su país.
CUESTIÓN DE BILLETES
Coubertin consiguió que el Príncipe heredero de Grecia, el Duque de Esparta, intercediera ante el káiser Guillermo, emperador de Alemania y cuñado suyo, para convencer a los ingleses y a su propio gobierno. El Príncipe logra que se emitan sellos conmemorativos para financiar los Juegos. Además crea una suscripción pública con tan buenos resultados que consigue que Jorge Averof, un rico de Alejandría, reconstruya el estadio de Atenas.
LOS PENALES
Para los medios de comunicación italiana, los penales no son una lotería, tal como lo piensa el director técnico argentino César Luis Menotti, sino una ciencia, el diario deportivo Corriere dello Sport, al día siguiente de la eliminación itálica tituló: “Vicini es el gran responsable de ésta eliminación”. El mismo diario explicaba en una de sus notas: “Nos creíamos los mejores y la cancha nos desmintió. Nos falta el conductor y ellos tienen al mejor”. Azeglio Vicini fue el técnico de Italia en ese certamen.
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