EL PAÍS.- Es un gesto que dura 60 minutos cada año y que tiene dimensiones gigantescas. Ayer, unas 5.000 ciudades de todo el mundo, de unos 150 países, han apagado las luces de sus principales monumentos a las 20.30 horas para concienciar sobre la necesidad de proteger el planeta contra el cambio climático: desde la Gran Muralla china, en Pekín, o la Casa de la Ópera, en Sydney hasta la Torre Eiffel de París o el Big Ben de Londres se han quedado a oscuras durante una hora. También empresas y particulares han apoyado un año más la iniciativa impulsada por la asociación ecologista WWF.
El apagón arrancó en las islas Chatham, a 750 kilómetros al este de Nueva Zelanda, y se ha extendido hora a hora por todo el planeta siguiendo las franjas horarias hasta concluir en Samoa, de nuevo en el Pacífico. WWF calcula que cerca de 2.000 millones de personas, casi un tercio de la población mundial, se ha sumado a la iniciativa.
En España, se han apagado a la vez el acueducto de Segovia, la Alhambra de Granada, la muralla de Ávila o la Puerta de Alcalá de Madrid. También se han sumado muchas empresas, entre ellas, PRISA, editora de EL PAÍS, que ha invitado a los 13.000 empleados de todos sus medios, emisoras de radio, programas de televisión y periódicos, a participar. España es uno de los países que más personas, administraciones y empresas moviliza en torno a la iniciativa. En todo el mundo, se calcula que casi 2.000 millones de personas han secundado los apagones simbólicos en sus hogares para apoyar este evento, que cada año gana más adeptos.
La participación es de lo más variopinta y tiene un amplio recorrido en las redes sociales. Pull and Bear ha diseñado y vende la camiseta oficial de La hora del planeta, cuyos fondos se destinan a WWF en su lucha contra el cambio climático. Vodafone ha enviado un millón de SMS a sus clientes invitándoles a participar en la cita. Tetra Pak ha creado el perfil Mister Pak en Facebook con un concurso para colgar “compromisos o ideas sostenibles que sirvan para hacer del planeta un lugar mejor”; además apagará las luces de todos sus letreros luminosos de sus instalaciones en Arganda del Rey (Madrid) durante todo el fin de semana. NH Hoteles ha dejado a oscuras las fachadas de 312 hoteles en todo el mundo.
Pedro Gómez, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona, subraya la importancia de este tipo de eventos, principalmente porque “inciden en el paso de un exceso de consumo y de producción absurdos de energía hacia una sociedad más sostenible, y sirve para que cada vez haya más personas que apaguen la luz cuando salen de una estancia, no mantengan encendido el piloto de stand-by de los electrodomésticos o sepan que un frigorífico de clase A de los más eficientes se amortiza en menos de tres años”. Y también hay un mensaje para las empresas: “En muchas ocasiones han llevado la delantera en cuestiones de ahorro y eficiencia energética porque mejora sus cuentas de resultados, pero hace falta un esfuerzo mayor, especialmente en el transporte y la edificación”.