Los ambientalistas e instituciones coincidieron en manifestar que la planta de tratamiento de aguas de P’uchukollo de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas) se convierte en fuente de contaminación del lago Titicaca.
El agua del lago Sagrado cambió de color, olor y sabor, hoy turbias, malolientes y de aspecto desagradable, debido al alto grado de contaminación que rebasó su propio nivel, inundando la bahía de Cohana en aproximadamente cinco kilómetros.
A mediados de 2011, la inspección y monitoreo del canal emisor de la planta de P’uchukollo estableció que el agua del tubo emisor estaba de color gris oscuro oliváceo, con fuerte olor a heces fecales y sulfuros. En un informe del 2010 también presentaba estas características.