El secuestro es quizá el delito que más ha traumatizado a Colombia. Miles de ciudadanos, entre miembros de la fuerza pública y civiles, han sido víctimas de esta arma de guerra que han utilizado durante años guerrilleros como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y grupos narcotraficantes. Por eso, hasta el miércoles Colombia podría ver su historia partida en dos: si las FARC cumplen su palabra, dejarán libres a cuatro militares y seis policías que llevan secuestrados entre 12 y 14 años. Son los últimos miembros de las fuerzas de seguridad que quedan en su poder, publicó EL PAÍS.
Ellos son los sargentos Luis Alfonso Beltrán, Luis Arturo Arcia, Róbinson Salcedo, Luis Alfredo Moreno y César Augusto Lasso; y los intendentes Wilson Rojas, Carlos Duarte, Jorge Romero, Jorge Trujillo y José Libardo Forero. A todos se los llevaron en diferentes ataques guerrilleros a finales de la década de los noventa, cuando en Colombia era común que la guerrilla asaltara bases militares, matara a decenas de soldados y secuestrara a otros tantos. Fue una época de horror en el país.