Un mundo cada vez menos católico y a la vez más plural en materia de religiones y creencias se apresta a vivir una semana especial, que, de acuerdo con la disposición de las autoridades, sólo reconoce como feriado el viernes.
Ayer se cumplió con el rito de las palmas que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén y tiene como centro la Pasión del Señor, tal como narra el Evangelio de San Marcos.
Centenares de fieles hicieron bendecir sus palmas en los templos de San Francisco, María Auxiliadora, San Agustín y otras parroquias.
La sociedad boliviana ha ido cambiando las tradiciones que acompañan a esta fiesta, tales como la abstinencia de los días previos, para luego servirse los doce platos. Hoy la economía no da para tanto, aunque abundan las mesas con diversas variedades de pescados y algas marinas.