Desde hace algunos años, varias instituciones y personas que fueron afectadas, ven de cerca la problemática de la escasez de alimentos por diferentes factores que refieren a la naturaleza, vienen buscando medidas y estrategias para paliar esta situación así, de esta manera, asegurar el futuro.
Es el caso de la fundación Sumaj Huasi que con la ayuda de la cooperación sueca y el Ministerio de Medio y Agua, se encuentran implementando en la ciudad de El Alto el proyecto “Ecosan”. Este proyecto que significa saneamiento ecológico se desarrolla a través de la instalación de baños ecológicos que, además de ahorrar agua, utilizan la excreta y el orín como fertilizantes para la producción de alimentos.
Al respecto, el director ejecutivo de Sumaj Huasi, Carlos Suntura, explicó que la consecuencia del flujo migratorio originó asentamientos humanos masivos, principalmente en el área periurbana . Este crecimiento no planificado trajo como resultado la falta de servicios básicos, a lo que se suma las consecuencias del cambio climático que agrava la escasez de agua. Por tal razón, se vio por conveniente implementar este proyecto en el Distrito Municipal 7 de la urbe alteña.
“El objetivo del proyecto es el de contribuir a elevar la calidad de vida y bienestar de la población boliviana asentada en las zonas periurbanas y rurales, basándonos en criterios de equidad e inclusión social, en el marco de los objetivos definidos en el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno y del Ministerio de Medio Ambiente y Agua”, explicó Suntura.
Tras la escasez de agua que afecta a la producción de alimentos los comunarios de la zona Villandrani buscaron medidas paliativas para garantizar la seguridad alimentaria. En ese marco, recurrieron a la producción de alimentos orgánicos cuyo riego se realiza con orina proveniente de “Baños Ecológicos”.
El profesional explicó que esta técnica es implementada bajo un proceso de compostaje, tratamiento de orina y heces fecales para convertirlos en abono.
Con respecto al proceso que reciben ambos elementos sostuvo que, en el caso de la orina el tratamiento consiste en guardar la misma durante tres meses. Por otraparte, el abono sólido, o sea las heces son llevadas a unas zanjas de tratamiento donde se les aplica lombrices rojas californianas que realizan el proceso de degradación y al cabo de aproximadamente ocho meses se obtiene el humus, más conocido como abono.
“Este procedimiento es muy interesante puesto que para su re uso se aplican técnicas que no son dificultosas, por ejemplo en este sector se hizo una serie de aplicaciones donde vamos a poder evaluar el rendimiento real del terreno con una base del cultivo tradicional que tiene la zona que es Villandrani, que es la última parte rural que tiene El Alto, estamos en una zona bastante accesible y esperemos que este sea un centro de promoción y difusión de la experiencia que estamos ejecutando”, señaló Suntura.
Acotó que la cantidad que se utiliza para el riego por metro cuadrado es de un litro de orina y en el caso del abono se requiere alrededor de tres kilogramos de heces.
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