Hugo Chávez, de repente, ha vuelto a ser un mortal. Un hombre que añora la compañía de su familia y que siente temor de Dios ante la inminencia de la muerte, tras ser diagnosticado de cáncer en junio de 2011. Diez meses después de haber comenzado un ciclo de cirugías, quimioterapias y radioterapias para curar una enfermedad sobre la cual no ha querido aportar detalles clínicos, el jueves el presidente venezolano ha pedido a Cristo, entre lágrimas y ante las cámaras de televisión: “No me lleves todavía”. Además de la reaparición reciente de un tumor y de las hospitalizaciones cada vez más frecuentes en Cuba, ese ha sido el síntoma más elocuente que ha mostrado hasta ahora sobre la gravedad de su salud, publicó EL PAÍS.
Poco antes de la medianoche del miércoles, Chávez volvió a Caracas tras cuatro días en La Habana para recibir cinco sesiones de radioterapia. Al día siguiente, viajó a su Estado natal, Barinas, donde viven sus padres y gobiernan sus hermanos. Su familia preparó una misa para recibirlo, en la que el propio Chávez ha pedido a Cristo: “Dame vida, aunque sea vida llameante, vida dolorosa, no me importa (...) Dame vida porque todavía me quedan cosas que hacer por este pueblo y por esta patria. No me lleves todavía, dame tu cruz, dame tus espinas, dame tu sangre, que yo estoy dispuesto a llevarlas, pero con vida”. En primera fila del oficio, su madre, doña Elena, se enjugaba las lágrimas con un pañuelo blanco y dos de sus hermanos, Adán y Aníbal, hacían esfuerzos por no llorar.
Desde junio de 2011, eso ha cambiado. Cada vez con más frecuencia Chávez aparece en público con sus padres, doña Elena y Hugo de los Reyes; sus tres hijas, María Gabriela, Rosa Virginia y Rosinés; sus cuatro hermanos menores, Narciso, Argenis, Aníbal y Adelis; y su hermano mayor, Adán, que amenaza con tomar las armas si Chávez se tambalea en el poder. La Iglesia venezolana ha visto con reserva este regreso del mandatario a la senda católica, pues ha mantenido una tensa relación con el Gobierno desde que Chávez ascendió al poder. “Me parece muy bueno que el Presidente tenga ese sentimiento religioso, esperemos que sea un sentimiento auténtico. El camino de Jesucristo es el camino del amor, es el camino que todos deben seguir y también el ciudadano Presidente de la República”, ha dicho el cardenal Jorge Urosa Sabino, arzobispo de Caracas, poco antes de oficiar el sermón del Jueves Santo, que dedicó al tema de la inseguridad y la violencia en Venezuela.