Opinión
No es descabellado pensar que a Marcelo Bielsa se le haga una estatua en las ciudades o alrededores de los estadios donde va a entrenar. En Bilbao me parece que ya están pensando en un lugar donde erigir por lo menos el busto de Don Marcelo.
A dos puntos de puestos europeos en la actual temporada de la Liga española, el Athletic Club del Loco se encuentra a pasos de hacer historia en la Europa League. De hecho, la final en Bucarest el 9 de mayo tendrá como protagonista a por lo menos un representante de la península ibérica, ya que en semis se encontrarán el Atlético de Madrid – Valencia en una llave y Athletic Club – Sporting de Lisboa en la otra.
En este épico éxodo a la capital rumana, y después de la fase de grupos, los leones despacharon al Lokomotiv en el aterrador frio de Moscú, al Manchestar United con dos presentaciones magistrales, primero en el Teatro de los Sueños y posteriormente en San Mamés y acto seguido al Schalke 04 del legendario Raúl.
El 19 y 26 de este mes, se enfrentará al Sporting de Lisboa y tratará de llegar a su segunda final continental después que en la temporada 1976-77, la Juventus le arrebató el prestigioso trofeo.
Para tal, los vascos aplicarán nuevamente el eficaz desdoblamiento defensivo-ofensivo, marca registrada en los equipos del Loco, para tratar de hacer realidad un sueño ya demasiado prolongado. Sueño no sólo esquivo para los del País Vasco, sino también para Bielsa, que si bien ha conseguido campeonatos argentinos y el Oro en Atenas 2004 con la Selección argentina, es merecedor de muchísimos más laureles.
Y es qué es así, o por lo menos debería serlo…el buen fútbol o la demostración del mismo debería ser recompensada y tal es característica fiel en los equipos del rosarino. Siempre nos da que hablar, siempre nos da esperanza (al igual que Pep) que el “buen” fútbol sigue existiendo y que con él se pueden realizar grandes logros.
J.C. “Flaco” Arenas
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