La población rural boliviana gasta 50 millones de dólares anuales en el limitado alumbrado de sus viviendas, pues, el servicio de energía eléctrica es inalcanzable en esa área, con lo cual los habitantes más pobres pagan más por una energía de menor calidad.
“Son familias que están inmersas en un “mercado” de pilas, velas, mecheros, que representa un movimiento anual de casi 50 millones de dólares”, señala el estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), elaborado por el especialista Miguel Fernández.
La revelación es parte del estudio “Rol e impacto socioeconómico de las energías renovables en el área rural de Bolivia”, que reitera que el acceso a la energía marca la diferencia en la calidad de vida de la gente y mejora sus condiciones de sostenibilidad.
El estudio detalla que el gasto promedio de cada familia en iluminación y comunicación por año está diferenciado por región, en el altiplano está en 68 dólares, en los valles 107 y 114 en los llanos por el empleo de energéticos tradicionales, pilas, velas y mecheros.
En el campo hay “indigencia energética rural”, asegura el estudio realizado por Fernández al señalar que el área urbana “centra su suministro energético en la electricidad y el GLP”, asegurando que ambas fuentes “representan el 87 por ciento del consumo total”. En tanto que en el campo la biomasa es la mayor generadora de energía, pues, está en el 93 por ciento y el kerosene 4 por ciento. (ANF)
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