Salud e inoperancia

Señor Director:

Para una información correcta y veraz dirigida a la población boliviana, especialmente a los sectores que interpretan mal el trabajo y desenvolvimiento de los entes encargados de prestar salud, es preciso hacerles conocer que nuestro país, Bolivia, continúa junto a Haití entre los que tienen aún los mayores índices en mortalidad y morbilidad materno-infantil, además de otras enfermedades hoy controlables en otros países.

Existen regiones en el territorio nacional donde no se conoce la presencia del médico, se continúa con la medicina tradicional del ancestro, donde luchan heroicamente “yatiris” y “parteras” para tratar de dar solución a los múltiples problemas de salud, sin contar con medicamentos básicos, medios auxiliares y, desde luego, tecnología.El problema de la salud radica fundamentalmente en el bajísimo presupuesto asignado a este sector, que sin temor a equivocarnos debe estar entre los más bajos de América. Es por esta razón que la salud en Bolivia está siendo desatendida. Los escasos centros de atención médica asentados especialmente en las áreas urbanas y los cordones periféricos son insuficientes, muchos hospitales tienen estructuras caducas, es alarmante la falta de aparatos, instrumental, insumos, medicamentos, etc. La población consultante va en aumento progresivo y las infraestructuras se han quedado casi inertes, no se advierte algún cambio. ¿A quién corresponde esta responsabilidad?

Ante este panorama, desalentador por donde se lo vea, el problema de salud en nuestro país es estructural y económico, entiéndase bien, pretender hacer creer a ilusos conciudadanos que aumentando horas de trabajo y sin retribución económica va a mejorar la atención médica es una falacia que no tiene sustento técnico.

Se debe colocar autoridades jerárquicas que entiendan bien la problemática, con amplios conocimientos técnicos y tengan el valor civil de reclamar al Poder Ejecutivo un sustantivo aumento del presupuesto en salud.

Finalmente es inadmisible que para romper el paro médico se piense en traer médicos extranjeros recién egresados, para suplir a profesionales con dilatada trayectoria, como si los pacientes bolivianos fuésemos “conejillos de Indias” o sean instalados puestos ambulatorios en plazas o parques para dar atención médica, muy al estilo de “mercados persas”.

Es deber de todos luchar por una atención médica digna y con profesionales calificados, que los tenemos en este nuestro gran país, Bolivia.

Dr. Luis Hurtado Alvarez

C.I. 39123 L.P.