El Legislativo, conjuntamente el Ejecutivo, en espera de hacer efectivos muchos cambios que se dice “necesita el país”, descuida lo que anunció en diversas oportunidades: un nuevo Código de Minería. Hay hechos -extremos y contrarios a todo ordenamiento legal- que se producen en el país debido a que cooperativistas desplazados, campesinos, mineros sin posibilidad de empleo y personas incrustadas en la actividad minera, asaltan y se apoderan de propiedades alegando derechos que nunca han tenido. Los problemas en este campo son múltiples y los ejemplos habidos en los últimos años, sobrepasan a lo ocurrido en las décadas pasadas.
El tiempo de vigencia del anterior régimen que regula la actividad minera ya está obsoleto, porque hay situaciones especiales que se han creado en las últimas décadas y que precisan de un nuevo ordenamiento legal, de reglas que garanticen efectivamente a inversionistas, empresarios, cooperativistas y trabajadores.
La propia empresa minera del Estado, COMIBOL, se rige en sus actividades por el anterior código, hecho que afecta igualmente a la minería mediana y chica que aún subsisten, pese a las muchas medidas equivocadas que han ocasionado el colapso de muchas empresas medianas y pequeñas, al margen de altos costos de producción y que, en casos, ni la elevación de precios del mineral en el mercado internacional permiten una explotación permanente, segura y rentable.
Hay que convenir en que el nuevo Código Minero no solamente contemple reglas, normas y fines del trabajo en este importante rubro de la economía que, aún por muchos años, seguirá siendo el mayor soporte del PIB. En lo concreto, alcanzó sitiales importantes en la economía de países vecinos que incrementaron su producción, crearon empleo y diversificaron su economía por tener reglas muy claras. ¿Cuánto hemos hecho en Bolivia para mejorar la calidad de la prospección, exploración y producción minera? ¿Qué nuevas inversiones se han realizado y que pudiesen calificarse como factores importantes de cambio?
Hay mucho que preguntar en este rubro de la explotación de minerales, pero ni el código ni reglas conexas ni la ausencia de garantías para las inversiones y carencia de informaciones del sector, permiten tener idea sobre este rubro que, parece, no tener importancia ni para las autoridades ni para el grupo de empresarios, cooperativistas y trabajadores que en días pasados no han mostrado la menor preocupación por anuncios sobre la posible “nacionalización de importantes empresas mineras”.
Hay rubros de la minería que no cuentan con los estudios precisos que permitan atraer capitales y tecnología y ni siquiera despierten el interés de inversionistas nacionales. Hay situaciones que, puestas en lista de los peligros que corren, pueden mostrar los riesgos que esperan a la actividad minera si no se la entiende, atiende y trata con la debida responsabilidad, empezando con la aprobación de un nuevo Código Minero.
Es necesario que se tome en cuenta, como ejemplo, el caso del litio que mereció gran atención en países vecinos; otro es el del hierro que nosotros descuidamos o ponemos frenos a su explotación (caso Jindal) y la posible explotación de minerales importantes para el mundo y que siempre contarán con mercados y vigencia de altos precios. Legislativo y Ejecutivo tendrán que actuar con la rapidez necesaria, antes de que males que sufre la minería se conviertan en norma. Será preciso, además, tener en cuenta e imitar el ejemplo de la explotación minera que se realiza en otros países y adquiere dimensiones muy importantes.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |