Río de Janeiro, (EFE).- Tres acusados de haber asesinado a por lo menos tres mujeres en el estado brasileño de Pernambuco (nordeste) dijeron que consumieron parte de la carne de sus víctimas y que también la usaron para fabricar empanadas que vendieron a vecinos, informó ayer la policía.
Los acusados, un hombre y dos mujeres, fueron detenidos el miércoles en Garanhuns, municipio situado a 234 kilómetros de Recife, la capital de Pernambuco, y dijeron pertenecer a una secta que recibía órdenes de una “voz” para eliminar mujeres que consideraban malas.
Los homicidios, el canibalismo y las prácticas rituales fueron admitidas en los interrogatorios a los que fueron sometidos el jueves por la policía y parte de los detalles fueron divulgados ayer en rueda de prensa por el comisario Demócrito de Oliveira, comandante de la Policía Civil en Garanhus y responsable de la investigación.
La policía encontró los restos mortales de dos mujeres en el patio de la residencia en la que vivían los acusados, que fue incendiada el jueves por vecinos enfurecidos.