Piedra, Papel, Tijera

Para algunos de los restantes cuatro, los partidos fueron difíciles, para otros no. No le quisiera faltar el respeto a nadie, pero el Real Madrid y el Bayern Múnich cumplieron un mero trámite para poder llegar a las semis de la Champions League frente al APOEL Nicosia y el Olympique Marsella respectivamente.

Por otro lado, y en la otra llave, el Chelsea y el Barcelona sufrieron más de lo esperado. Después de ganar a domicilio en el Estadio da Luz, los blues pudieron recién sentenciar la eliminatoria en los minutos finales del partido por cuartos de final en Londres.

Tras un amargo 0-0 (dado a que estos dos grandes equipos prometían más) el Barca sello la eliminatoria en el Nou Camp gracias a un dudoso arbitraje de Björn Kuipers. No dudo de la capacidad y argumentos futbolísticos de los blaugranas, que por si acaso, partido tras partido lo muestran, pero lo que pasó ese 3 de abril en Catalunya es una vergüenza. El arbitraje del neerlandés regalo dos penales a los de Guardiola, el primero de sus errores: cuando tenía que cobrar clara posición adelantada a Messi y el segundo: cuando en vez de cobrar una falta sobre Nesta la cobró sobre Fábregas. De paso no pitó un penal a favor del Milán y anuló un gol legítimo (hubiese sido el tanto del empate para los Rossoneri).

Pero eso quedó en el pasado. Ahora los Culés se miden contra un Chelsea, que en una escandalosa temporada en la Premiership, se jugará todo en la Champions. Por su lado, la Sinfonía de Pep se encuentra a cuatro del líder, su eterno rival el Real Madrid, juega la final de la Copa del Rey frente al Bilbao de Bielsa y no da señales que cederá en ninguna de las tres competiciones.

En la otra semi el Madrid y el Munich. Ambos viejos conocidos (entre ellos) pero ambos lejanos conocedores de lo que significa ganar la Liga de Campeones (Real Madrid en 2002 y Bayern Múnich en 2001).

Tal vez CR7 rompa las redes del Allianz Arena y Bernabeu con potentes y endiablados tiros libres y el camino de los Merengues a la tan anhelada “Décima” pueda hacerse realidad. Pero posiblemente, y como ya ocurrió, los remates al arco de los Bávaros queden resueltos entre Ribéry y Toni Kroos mediante una partida de “Piedra, papel, tijera”.

J.C. “Flaco” Arenas