La Cumbre de las Américas finalizó ayer sin declaración final por falta de consenso. Todo empezó antes con la carta en la que Rafael Correa le comunicó a Juan Manuel Santos de la cancelación de su viaje a Cartagena. Una postura que anunció muy claro que a los países del bloque del ALBA (liderados por Venezuela, con la inclusión de Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y Granadinas) les satisfacía muy poco la agenda política propuesta a discusión.
El corolario estuvo a cargo de Evo Morales. “¿Qué más vamos a debatir si Estados Unidos no quiere tocar temas como Cuba y Malvinas? ¿Para qué un retiro de presidentes si ese ya no es un retiro de verdad? Si no están los medios de comunicación, ¿de qué va a servir?”, se preguntó. Morales puso en duda la adhesión del bloque del Alba a la declaración final de la cumbre, así como su asistencia a la próxima edición si ésta no incluye sus peticiones en la agenda de conversaciones. Y dejó en claro el sentir de sus homólogos ideológicos: “No podemos seguir soportando la dictadura de Estados Unidos sobre Suramérica y el Caribe”.