Para el analista Carlos Cordero, en la Policía boliviana, debería aplicarse una restructuración a largo plazo sin interferencia del gobierno y con la inclusión de instituciones imparciales que apoyen ese objetivo , como la Iglesia, Derechos Humanos, Defensor del Pueblo y organismos internacionales. Asimismo, aclaró que sin una inversión estatal que dignifique el trabajo de los efectivos, cualquier intento para evitar resolver este conflicto no tendrá el efecto deseado.
Observó que los casos de corrupción y narcotráfico en la institución se presentaron en las últimas oportunidades en los altos mandos como consecuencia de su dependencia política, aspecto que lo convierte en otro apéndice del partido de turno.
“La crisis de la Policía en la actual gestión se presentó de manera continua y cada vez ocupa niveles más altos en el mando. Se presenta en la mayor parte de las veces con diferentes temas de corrupción en narcotráfico, uso de influencias y los cobros indebidos que son constantes”, manifestó Cordero.
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