Opositores advierten que Gobierno genera mayor convulsión con movimientos paralelos

Dos grupos marchando, dos grupos enfrentados y una piedra que impacta en la cabeza de una mujer, poniendo en riesgo su vida. Ese es el escenario de confrontación y convulsión social que la oposición advierte, señalando que el Gobierno central más allá de lograr consensos, busca aplicar grupos de choque y movilizaciones paralelas para contrarrestar a los sectores sociales que piden la atención del Estado.

Las milicias de la Revolución de 1952 se formaron para evitar que la denominada rosca minera retome el poder y sirvió para desbaratar cualquier intento de oposición política al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Esta comparación podría asumirse en el actual régimen, donde sectores sociales afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) se enfrentan a los grupos corporativos que buscan sus reivindicaciones.

El “control social” del Gobierno fue rechazado y agredido por los médicos la anterior semana en el Hospital de Clínicas de La Paz. En Santa Cruz, otro grupo marchó contra los galenos y se produjo un enfrentamiento con el saldo de cinco personas heridas, y ayer una movilización de “vecinos” optó por salir a las calles para exigir que los médicos cumplan el decreto que estipula ocho horas de jornada laboral para el sector salud. Con whipalas y consignas del proceso de cambio, el grupo fue escoltado por la Policía.

LEGISLADORES

El diputado de Convergencia Nacional (CN) Adrián Oliva, calificó a la administración de Evo Morales como fascista, porque en vez de atender las demandas sociales, crea enemigos y moviliza a sus bases. Pero este no es el problema central, porque con estas acciones el país podría entrar en una espiral de violencia incontrolable.

“El Gobierno se equivoca, porque debería atender las demandas que generan las protestas y no actuar con violencia que puede crear una escalada de conflictividad”, expresó.

El diputado Javier Leigue (CN), aseguró que la conflictividad social que vive el país se debe al descontento de la sociedad con el actual Gobierno porque el discurso de cambio sólo significó un espejismo que ahora muestra la incapacidad de asumir respuestas a las demandas sociales. “La gente legítimamente sale a protestar y el Gobierno manda a hordas pagadas para hacer la contra-protesta y esto es parte de la descomposición final de este gobierno que va de tropiezo en tropiezo y el gran perjudicado es el pueblo boliviano”, citó.

Para el legislador oficialista Javier Zabaleta, las demandas de sectores sociales pueden dividirse en dos grupos. Aquellas demandas que son legítimas y que reciben el apoyo de la sociedad, y las reivindicaciones que chocan con la propia sociedad, tal sería el caso de los médicos, que generan la reacción de la población por ver afectada la atención en salud.

“Hay movilizaciones legítimas en las que el pueblo se suma por la necesidad de su cumplimiento, pero hay otras que causan el rechazo de la población y temo que en el caso de los médicos, éstos vayan a encontrar más rechazo en la gente y esto podría generar enfrentamiento con la sociedad en las calles”, mencionó Zabaleta.

Finalmente, el diputado de Unidad Nacional (UN) Jaime Navarro, observó en las confrontaciones entre sectores movilizados y progubernamentales una estrategia distractiva coyuntural. Calificó además, como contradictorias las reacciones del Gobierno que en vez de generar espacios de diálogo actúa con confrontación para dividir a la opinión pública.

“Hay una estrategia para generar conflictos, porque está en puertas la novena marcha del Tipnis. Se movilizan a sectores para confrontar a los que ya están movilizados, como se dio desde 2006 con Uncía, Caranavi o La Calancha”, recordó.